En el corazón de la Isla Sur de Nueva Zelanda, en la bonita región de Otago, yace majestuoso el lago Wakatipu. Con una extensión de aproximadamente 80 kilómetros, este cuerpo de agua es el más largo del país de los kiwis y el tercero en extensión de este punto del planeta. El lago Wakatipu ha sido durante siglos un lugar de gran importancia para las comunidades locales, incluidas las tribus maoríes que lo habitaban originalmente.
Akaroa es una pequeña y encantadora ciudad de Nueva Zelanda. Se encuentra en la Isla Sur, en la península de Banks. Akaroa tiene el privilegio de ser el único asentamiento francés en Nueva Zelanda, y este toque galo se percibe en cada calle adoquinada, en su arquitectura y también en su gastronomía. El histórico faro de Akaroa, construido en 1880, destaca con su distintiva estructura de colores blancos y rojos y es uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad neozelandesa.
El Parque Nacional Abel Tasman, ubicado en la zona superior de la Isla Sur, es una joya escondida en el corazón del país de los maoríes. Este territorio de Nueva Zelanda es un refugio natural que abarca más de doscientos kilómetros cuadrados de espectaculares paisajes costeros y selvas tropicales. El parque se encuentra en la bahía donde desembarcó el explorador neerlandés Abel Tasman en diciembre de 1642, de ahí su nombre.
El Parque Nacional de Tongariro se encuentra en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, es famoso por el impresionante paisaje que dibujan tres majestuosos volcanes: Tongariro, Ngauruhoe y Ruapehu. El senderismo y los deportes de invierno son las actividades estrella del parque. Además, este destino también ofrece la oportunidad de sumergirse en la cultura maorí y descubrir detalles sobre su historia y sus costumbres.
La ciudad neozelandesa de Hamilton se encuentra en la región de Waikato, un territorio de la Isla Norte ubicado al sur de Auckland. Hamilton, la cuarta urbe más grande del país, es conocida, entre otros interesantes aspectos, por sus impresionantes jardines, un espacio público con más de veinte áreas temáticas que cuenta con una gran variedad de plantas nativas y exóticas.
El fiordo Piopiotahi, más conocido internacionalmente como Milford Sound, se encuentra en la Isla Sur de Nueva Zelanda, en el Parque Nacional de Fiordland, el de mayores dimensiones del país y uno de los más grandes del planeta. La grandeza de este espectacular fiordo es increíble: posee más de quince kilómetros de longitud y algunos de sus acantilados llegan a alcanzar los cuatrocientos metros de altura.
La cascada Huka nace del caudaloso río Waikato. Se encuentran en la Isla Norte de Nueva Zelanda, en el parque Wairakei, a poco más de un kilómetro de distancia de la pequeña ciudad de Taupo y muy cerca del lago más grande del país, un espacio natural que también merece una visita. El lago de Taupo ocupa el espacio de un antiguo volcán cuyo cráter está cubierto por sus bellas aguas cristalinas.
Dunedin es una de las mayores y más bellas urbes de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Está situada en la bahía de Otago y presenta un patrimonio histórico y arquitectónico y una imagen mucho más europea que otras ciudades neozelandesas debido a su herencia escocesa. Su centro histórico posee increíbles mansiones, catedrales e iglesias, monumentales edificios y bonitos jardines.
Este enorme arco de piedra natural que separa dos playas de arena blanca se encuentra en la estrecha península de Coromandel, en la isla norte de Nueva Zelanda. Está ubicado junto a una espectacular reserva marina llamada Te Whanganui-a-Hei en idioma maorí, y conocida internacionalmente como Cathedral Cove.
En esta ciudad, que se encuentra en el corazón de la isla norte en Nueva Zelanda, se da la mayor concentración de maoríes del país. Pero si por algo es conocida esta población neozelandesa es por estar ubicada en un territorio de gran actividad geotérmica.
En este territorio protegido neozelandés se encuentra la montaña más alta del país: el monte Cook. Además, el parque es Reserva Internacional de Cielos Oscuros, siendo un lugar ideal para ver el cielo gracias a tratarse de un espacio libre de contaminación lumínica.
Este lago, formado hace miles de años, es uno de los lugares más apreciados y populares de Nueva Zelanda. Sus aguas están rodeadas por algunas de las cumbres más altas del país y por un impresionante bosque de coníferas y helechos gigantes.
Las aguas de este bonito lago poseen un especial color turquesa debido a que llegan directamente del deshielo de los glaciares de la zona. Se encuentra en la región de Mackenzie, en Nueva Zelanda, una zona incluida en la Reserva Internacional de Cielos Oscuros, listado que reúne a los cielos que están libres de contaminación lumínica.
La pequeña población neozelandesa de Moeraki guarda en su playa uno de los espectáculos visuales más singulares de la península de Otago: unas formaciones pétreas con millones de años de antigüedad que dotan al paisaje de un aspecto curioso y muy atractivo.
En la Isla Sur de Nueva Zelanda, junto a la ciudad de Wanaka, se encuentra uno de los lagos más conocidos y visitados de todo el país. Los deportes acuáticos son habituales en estas cristalinas aguas que cuentan con la peculiar presencia de un solitario árbol que se ha convertido en el gran símbolo de este territorio neozelandés.
Catedrales, iglesias, mezquitas, capillas y templos de todo tipo son elementos fundamentales que, además de su simbología religiosa, figuran como obras arquitectónicas clave en nuestra historia más o menos reciente. Son lugares de obligada visita para los viajeros.
Nueva Zelanda es el país ideal para los amantes de la naturaleza. Su pequeño tamaño nos da cierta ventaja porque no necesitaremos mucho tiempo para desplazarnos por él de una ciudad a otra. Sus habitantes son muy amables y siempre dispuestos a ayudar al viajero.