Nos acercamos hasta Nueva Zelanda, un país con una cultura fascinante que disfruta de un territorio repleto de tesoros naturales. Guardamos la cámara de fotos en la maleta. En este paseo sería imperdonable olvidarla, porque vamos a encontrar cientos de paisajes y momentos perfectos para ser inmortalizados.
Llegamos a uno de los muchos rincones neozelandeses que se nos antojan de postal. Estamos en el lago Matheson, uno de los más apreciados y populares en el país de los kiwis. Este lago se ha ganado a pulso su fama gracias a los espectaculares reflejos en sus aguas de montes tan bellos como el Cook, llamado así por el conocido navegante que en siglo XVIII divisó este archipiélago y lo reclamó para la corona británica, o el monte Tasman, apellido del marino holandés y primer explorador europeo que conoció la existencia de este territorio mucho antes que el capitán Cook, aunque no llegó a ocuparlo debido a que algunos nativos, según parece, no le recibieron con demasiada cordialidad. Ambas cumbres se encuentran entre las más altas e impresionantes de Nueva Zelanda.
El lago Matheson no destaca por su tamaño, pero sí que cuenta con características que lo convierten en un lugar muy singular. Sus aguas oscuras, ayudadas por la luz natural apropiada, se convierten en un espejo del entorno, un escenario privilegiado en el que las montañas y el bosque de pinos y helechos gigantes son protagonistas.
Este lugar, formado hace miles de años en una depresión creada por los movimientos del glaciar Fox, invita al paseo tranquilo y relajado. La calma y el silencio, interrumpido solo por los sonidos de la naturaleza, acompañan nuestros pasos alrededor del lago, una caminata sin dificultades que podemos culminar en poco más de una hora.
Los senderos que dan acceso al lago son bastante sencillos de recorrer. A lo largo del trayecto nos encontraremos con algunos puntos de observación y miradores. Desde ellos podemos contemplar dos de los espectáculos más bellos que nos ofrece este lugar: el amanecer y la puesta de sol, dos imágenes que nos emocionarán tanto a nosotros como a nuestra cámara de fotos.
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