Cuenta la leyenda que un gigante creó el lago Wanaka y formó las montañas que lo rodean con un solo golpe de su mano. Sin embargo, la realidad de tanta belleza natural hay que atribuirla a los glaciares. Ellos originaron estos fascinantes paisajes neozelandeses de la región de Otago.
Con casi doscientos kilómetros cuadrados, Wanaka es el cuarto lago más grande de Nueva Zelanda. Este increíble lugar nos regala unas aguas cristalinas por las que suelen transitar motos de agua y canoas, y en el entorno que lo rodea se practica todo tipo de actividades: montañismo, pesca, senderismo… Las posibilidades son variadas y muy atractivas. A pesar de tanta actividad deportiva, este lago, bautizado con el nombre de un líder maorí, es un remanso de paz y un lugar relajante e inspirador.
Este paraíso para los amantes de la naturaleza y el deporte sorprende también por un peculiar inquilino: un árbol que crece en el agua y que se ha convertido en el gran símbolo de Wanaka. Este sauce, morador del lago desde hace aproximadamente ochenta años, parece disfrutar de un baño permanente y en solitario. Su curiosa presencia se ha convertido en uno de los grandes reclamos del lugar y hasta allí se acercan viajeros de todo el mundo ansiosos de selfie. Lamentablemente, la presencia de tanto visitante está poniendo en riesgo la salud del fotogénico árbol.
El suave clima de esta zona de Nueva Zelanda reúne las condiciones ideales para que también sea conocida por sus magníficos vinos. Estamos en una región vinícola en la que destaca el viñedo Rippon, el más conocido del lugar y otro de los atractivos que rodean Wanaka. A los interesados en el tema les gustará saber que una de las actividades habituales del lugar son las visitas guiadas a las bodegas y la participación en animadas catas.
Otro de los alicientes que descubrimos en este punto del mundo son sus campos de lavanda, una especie de pequeña Provenza con aromas y colores que nos transportan hasta paisajes que se encuentran a miles de kilómetros de Nueva Zelanda.
Junto al lago se encuentra la pequeña ciudad de Wanaka, una población llena de vida que ofrece todo tipo de servicios: restaurantes, alojamientos, tiendas, transportes… Es un pueblo muy acogedor que nos ofrece muchas posibilidades. Aquí también podemos alquilar una bicicleta, una de las formas más recomendables de recorrer la zona.
Revista Viajes y Lugares
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