Nos gusta Nueva Zelanda. Su potente naturaleza, su atractiva cultura nativa, su autenticidad y esa forma especial de mantener vivas sus raíces son, entre otros, sugerentes motivos para enamorarse de este país isleño situado en el suroeste del océano Pacífico.
Nueva Zelanda, el hogar del pájaro kiwi, es la tierra de los mil paisajes y todos ellos nos dejan boquiabiertos: selvas tropicales, volcanes, impactantes montañas, playas de postal… y el fiordo Piopiotahi, nuestro protagonista en este viaje.
Piopiotahi es su nombre en lengua maorí. Tiene su origen en el actualmente desaparecido pájaro piopio, una especie de ave que se extinguió a mediados del siglo pasado. Sin embargo, el fiordo es más conocido internacionalmente como Milford Sound, nombre que recibió coincidiendo con la llegada de los primeros británicos al lugar.
El fiordo Piopiotahi se encuentra en la Isla Sur, en el Parque Nacional de Fiordland, el de mayores dimensiones del país y uno de los más grandes del planeta. El parque, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un auténtico paraíso natural formado por glaciares, cascadas, fiordos, montañas y lagos, un escenario fascinante capaz de cubrir cualquier expectativa para los amantes de la aventura, la naturaleza y los deportes acuáticos y de montaña. Además de alpinismo o senderismo, son habituales los pequeños cruceros, la práctica de kayak, el buceo…
Milford Sound es un lugar muy popular en Nueva Zelanda. Aquí se rodaron algunas escenas de la conocida película El señor de los anillos. La grandeza de este espectacular fiordo es increíble: posee más de quince kilómetros de longitud y algunos de sus acantilados llegan a alcanzar los cuatrocientos metros de altura.
Sus cascadas le añaden un plus de atractivo, refrescantes saltos de agua que llegan a caer desde alturas de hasta mil metros. En época de lluvias, el caudal de agua aumenta y también la belleza de las espigadas cataratas.
Piopiotahi es el hogar habitual de un buen número de especies animales, como focas, delfines, pingüinos y gran cantidad de aves.
Una vez más, visitar Nueva Zelanda ha resultado muy gratificante. Este punto del planeta nunca decepciona y siempre regala cientos de imágenes que quedan para siempre grabadas en la retina del viajero.
Escribe tu comentario