El mar Muerto es uno de los lagos más bellos e inquietantes del planeta. Se encuentra a más de cuatrocientos metros bajo el nivel del mar, lo que lo convierte en el punto más bajo de la tierra. Situado entre Israel y Jordania, es un gran cuerpo de agua sin salida al mar, es decir, no desagua, por lo que el agua se evapora dejando tras ella una gran cantidad de minerales. Esto provoca que posea unos niveles de salinidad diez veces mayores que los de cualquier océano.
Amán, la capital de Jordania, es una ciudad próspera, cosmopolita y multicultural que gusta de proteger sus raíces y en la que conviven a la perfección la tradición con la modernidad, y los aires occidentalizados con los rasgos más auténticos de Oriente. Entre los numerosos lugares de interés que posee se encuentra la Ciudadela, uno de sus grandes sitios históricos, un extenso museo al aire libre y auténtico paraíso para los amantes de la arquitectura y la historia.
Las ruinas de la ciudad de Gerasa se encuentran al noroeste de Jordania. Conocida como la Pompeya jordana, cuenta con más de dos mil años de antigüedad. Este pequeño trocito de Roma en Oriente formaba parte de la Decápolis, un conjunto de diez ciudades ubicadas en la frontera oriental del Imperio Romano. El Arco de Adriano, la avenida de las Columnas o el templo en honor a la diosa Artemisa son algunos de los sitios destacados de la ciudad.
Es uno de los yacimientos arqueológicos más bellos del planeta. Se encuentra en Jordania y cuenta con la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Esta antigua ciudad fue construida por los nabateos hace más de dos mil años y está considerada como una de las grandes maravillas del mundo.
Si eres mujer y te gusta viajar sola o no tienes más remedio, Jordania es un destino perfectamente alcanzable para ti. Por cuestión de fechas, dinero y mil motivos más, si no coincidimos con nuestra pareja o amigos, es el momento de lanzarnos y decidir una fecha y un lugar al que ir. Para aquellos que simplemente gustan de viajar solos, Jordania también es una opción.
Calificado por muchos como uno de los desiertos más bonitos del mundo, Wadi Rum, situado al sur de Jordania, a unos 100 kilómetros de distancia de Petra, es también el territorio en el que el arqueólogo y militar británico Thomas Edward Lawrence fijó su base de operaciones durante la llamada Rebelión Árabe.