Jordania es un país fascinante repleto de maravillas. Situado en la orilla del río Jordán, guarda tesoros capaces de asombrar al más experimentado de los viajeros. Está repleto de joyas arqueológicas que combinan de maravilla con los reflejos de las aguas hipersalinas del mar Muerto y con las suaves e hipnóticas arenas de Wadi Rum, su conocido desierto, cuyo paisaje está protegido porque cuenta con la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Este lugar extraordinario, cuya imagen nos recuerda a la superficie lunar, se encuentra a algo más de 100 kilómetros de nuestro destino.
Visitamos la legendaria Petra, uno de los yacimientos arqueológicos más bellos del mundo y otro de los lugares jordanos que se encuentra en el listado de la UNESCO. Estamos en la ciudad de los nómadas nabateos, un lugar con más de 2.000 años de historia que en la actualidad está considerada como una Maravilla del Mundo Antiguo.
Curiosamente, a pesar de sus muchos años de existencia –siglo VII a.C.- y de su magnífico estado de conservación, los restos de esta imponente ciudad permanecieron olvidados durante varios siglos después de ser abandonada por sus habitantes y cubierta en buena parte por la arena del desierto. Es por ello que Petra es popularmente conocida como ‘la ciudad perdida’. Afortunadamente, a principios del siglo XIX fue redescubierta por un explorador y arqueólogo suizo. Desde entonces, este rincón de Jordania maravilla a todos con sus enormes templos y tumbas excavadas en la roca.
Todos hemos visto en reiteradas ocasiones imágenes de Petra, sin embargo, contemplar in situ el magnífico reino nabateo es una experiencia absolutamente impactante. Este lugar fue en su día un importante punto de tránsito de comercial de seda y especias que conectaba varias rutas entre países como China, India, Grecia o Roma.
El Tesoro, la tumba de un importante rey nabateo, es quizás el monumento tallado en roca más destacado de Petra. Posee una enorme fachada de 40 metros de altura que presenta un buen estado de conservación gracias a la protección contra los elementos que durante siglos le ha proporcionado el desfiladero en el que fue levantada.
Obeliscos, templos, avenidas, altares, mausoleos… Esta histórica ciudad es un regalo para ser disfrutado, uno de esos lugares que se ha de visitar al menos una vez en la vida.
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