Aventura en el ‘Valle de la Luna’. Tras las huellas de Lawrence de Arabia

‘Valle de la Luna’ es el nombre con el que es conocido uno de los desiertos más espectaculares del mundo. El motivo es sencillo: su increíble parecido con el paisaje lunar. Para llegar a él habremos de desplazarnos hasta la fascinante Jordania. Vamos a adentrarnos en Wadi Rum, un espacio natural único que nos ofrece paisajes extraordinarios y nos invita a la aventura.

Estamos en una de las zonas más famosas de Jordania, un paisaje protegido gracias a haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En este territorio inmenso, situado a algo más de 100 kilómetros de Petra, nunca nos sentiremos solos, porque la hospitalidad beduina siempre nos sale al paso con una sonrisa y un apetecible té.

Visitar un desierto es una experiencia diferente y emocionante, pero en éste, además, vamos a encontrar montañas, cañones, arcos naturales, acantilados…, e incluso algunos dibujos e inscripciones que cuentan con cientos de años de antigüedad y que dan fe de la presencia del ser humano en estas tierras infinitas.

El amanecer y el anochecer son dos de los momentos más espectaculares que nos brinda aquí la naturaleza. Los colores rojizos del entorno adoptan miles de tonalidades guiados por los cambios de luz y el resultado es fascinante. Wadi Rum tiene algo de sobrenatural y consigue que nos sintamos como en otro mundo.

Lo habitual en Wadi Rum es alquilar un todoterreno y que los beduinos nos den una vuelta por el desierto. La opción de montar en camello o disfrutar de una panorámica desde el aire con la ayuda de un globo son otras atractivas posibilidades.

Otro de los grandes alicientes de visitar este punto del planeta es el hecho de saber que nos encontramos en el desierto que tantas veces cruzó Lawrence de Arabia. Thomas Edward Lawrence, arqueólogo y oficial del ejército británico, utilizó estas arenas jordanas como su base de operaciones en las batallas en las que, junto a los árabes, luchaba contra la influencia turca en Oriente Medio durante la Primera Guerra Mundial. Así nació el mito que posteriormente fue llevado al cine por el director David Lean. El film, rodado en Wadi Rum, ganó un Óscar y estaba protagonizado por Peter O’Toole.

Thomas Edward Lawrence murió muy joven. Tenía solo 46 años cuando cayó de su motocicleta al intentar esquivar a dos ciclistas. Es curioso destacar que el médico que se ocupó de su caso se percató de que con una correcta protección en la cabeza su fallecimiento podría haberse evitado. Así fue como este cirujano inventó el casco para vehículos de dos ruedas. 

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No cabe duda de que Wadi Rum es una de las grandes maravillas que atesora Jordania. Este desierto de espíritu beduino es uno de los más bonitos del mundo. Escenario evocador de mil historias y aventuras, es un territorio que fascina al visitante con su magia.

Revista Viajes y Lugares