El mar Muerto es uno de los lagos más bellos e inquietantes del planeta. Se encuentra a más de cuatrocientos metros bajo el nivel del mar, lo que lo convierte en el punto más bajo de la tierra. Situado entre Israel y Jordania, es un gran cuerpo de agua sin salida al mar ni a ningún otro sitio, es decir, no desagua, por lo que el agua se evapora dejando tras ella una gran cantidad de minerales. Esto provoca que posea unos niveles de salinidad diez veces mayores que los de cualquier océano. Esta circunstancia impide que exista vida; no hay peces, ni anfibios, ni otros animales acuáticos. Tan solo lo habitan algunas bacterias y pequeñas algas.
La gran concentración de sal del mar Muerto provoca que cualquier cuerpo flote, por lo que resulta imposible hundirse en este gran lago salado. Es una gran mina que produce grandes cantidades de sal. Además, a sus aguas y a las sales minerales que se encuentran en su lodo se le atribuyen grandes propiedades terapéuticas y curativas, siendo especialmente beneficiosas para la piel, pero también para otros males como los problemas óseos o enfermedades reumáticas. De hecho, antiguas civilizaciones, como la egipcia, ya utilizaban sus barros con estos y otros fines. Estas características beneficiosas de las aguas del mar Muerto lo han convertido en un destino interesante para muchos viajeros que deciden disfrutar de sus vacaciones en este gran balneario a cielo abierto.
A lo largo de sus 80 kilómetros de largo, el mar Muerto también es un escenario fascinante. Su belleza nace de la combinación del agua y la sal que, en muchas ocasiones, se acumula creando formas bellísimas. Rocas de sal, islas de sal, playas ribeteadas de sal… Se crean paisajes casi pictóricos.
Después de unos cuantos baños en el mar Muerto y de realizar algunas fotografías del hermoso lugar, resulta buena idea acercarse a otro de los destinos increíbles que pueden visitarse en este punto del planeta y a muy poca distancia: la fortaleza de Masada.
Se encuentra a más de cuatrocientos metros de altura sobre una alta meseta en el desierto de Judea, en el territorio que domina el mar Muerto. Tanto a pie como con un teleférico puede ascenderse hasta la cumbre, punto en el que se descubren las ruinas de la construcción levantada por el rey Herodes como refugio y protección ante un posible ataque egipcio. La excursión es realmente interesante y puede ser un buen cierre para unas experiencias increíbles disfrutando en el mar Muerto.
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