Este antiguo guardián del territorio chino es una enorme fortificación que serpentea a lo largo de las montañas del país asiático. Ya innecesaria su antigua utilidad como gran puesto de vigilancia para advertir de posibles ataques, es un valor turístico incomparable que millones de personas visitan todos los años. Su grandeza está a la vista y la dificultad de la obra es más que evidente.
Existen dos puntos de obligada visita cuando se viaja a China: la Gran Muralla y el Ejército de Guerreros de Terracota de Xi’an. Ambas obras son mastodónticas y fueron creadas a propuesta y bajo las órdenes de la misma persona: el fundador de la dinastía Qin.