Esta laguna, rodeada de un imponente desierto de fina y blanca arena, se encuentra a unos cinco kilómetros de la ciudad peruana de Ica. El lugar es uno de los enclaves más visitados del país, entre otras cosas, por la belleza del paisaje y por la variedad de actividades que se pueden practicar en el agua o en la arena, como viajes en pequeños vehículos sobre las dunas o paseos en barcas de pedales por la laguna.