El inspirador paisaje del oasis peruano de Huacachina

El planeta siempre nos sorprende con escenarios naturales increíbles. Desde grandes territorios en los que la naturaleza despliega todos sus encantos, hasta pequeños rincones en los que parece que juguetea con los elementos.

En el corazón de un desierto repleto de dunas de finísima y blanca arena descubrimos uno de esos caprichos de la naturaleza que nos regala una visión que enamora. Nos encontramos a unos cinco kilómetros de la ciudad de Ica, en la costa central de Perú. Visitamos la laguna de Huacachina, un pequeño oasis de aguas color esmeralda alrededor de cual se han ido instalando restaurantes y hoteles que acogen a los visitantes que se acercan a este punto del país.

Como a todo oasis que se precie de serlo, a éste tampoco le faltan sus palmeras, árboles que residen en la zona acompañados de otras especies como los ficus o los algarrobos.

Huacachina es uno de los enclaves más visitados de Perú. Son muchas las personas que se acercan hasta este lugar atraídas por la magia del paisaje y por las divertidas actividades que se pueden practicar en el agua o sobre la arena. Aquí son habituales los viajes en pequeños vehículos atravesando las dunas, los paseos en barcas de pedales por la laguna o las caminatas tranquilas por la zona.

Sobre este encantador oasis se cuenta una leyenda que habla de su origen. Según este relato popular, la laguna se formó por las lágrimas de una joven que lloraba desconsolada por la ausencia de su amado desaparecido en una batalla. La triste enamorada se zambulló en sus propias lágrimas y se convirtió en una bella sirena que los habitantes del lugar dicen ver salir de las aguas cada vez que llega la luna llena. Huacachina se traduce como ‘mujer que llora’.

Estando tan cerca de Ica, no podemos marcharnos sin pasar por esta ciudad y probar el pisco, el típico aguardiente de vino que se elabora en la zona, bebida potente que es mejor acompañar de alguno de los platos iqueños más tradicionales, como aquellos elaborados con el ingrediente estrella: el Pallar de Ica, una leguminosa que cuenta con denominación de origen y que se utiliza en diferentes recetas locales.

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