Explorar destinos subterráneos, desde ciudades antiguas hasta cavernas naturales, es una experiencia única que revela un lado fascinante y, muchas veces, desconocido de la historia y la naturaleza. Aunque cada lugar tiene sus particularidades, aquí te comparto una serie de consejos generales para aprovechar al máximo una aventura subterránea, con comodidad y seguridad.
La isla de Sado, es la sexta más grande de Japón, por detrás de las cuatro islas principales (Hokkaido, Honshu, Shikoku y Kyushu) y de Okinawa. Tiene 855 kilómetros cuadrados de extensión y se encuentra situada a 45 kilómetros frente a las costas de la ciudad de Niigata, siendo accesible desde allí.
En la isla son muchísimas las actividades que podemos hacer y los lugares que se pueden visitar, pero algunos están más concurridos y otros son un tanto más secretos como es el caso de las cuevas en el mar. A estas últimos conviene acercarse para tener una experiencia realmente mágica en este paraíso.
Formadas gota a gota con el transcurrir de los milenios, las cuevas de Mallorca poseen una extraordinaria riqueza geológica que las erige entre las más bellas del mundo. Con más de doscientas cavidades naturales catalogadas, el subsuelo se presenta como uno de los grandes atractivos de la isla.
Varias galerías subterráneas de origen calcáreo se unen de forma natural creando pasillos a lo largo de un kilómetro y a 36 metros de profundidad. Unas grutas de singular belleza debido a la multitud de colores de los minerales que habitan en sus paredes y a las originales formaciones erigidas a lo largo de los años.