Este conjunto religioso, formado por un templo junto a su pagoda, un santuario y una cascada sagrada, se encuentra en la prefectura de Wakayama, a poco más de una hora por carretera de Osaka, la tercera ciudad más grande de Japón. El lugar destaca por la especial comunión que mantienen sus construcciones sagradas con la naturaleza, creando un escenario con una gran carga espiritual y una singular belleza.