Nos acercamos a Kioto, una de las ciudades más fascinantes de Japón. Situada en el centro de un valle, reúne la esencia de la tradición japonesa y nos envuelve con aromas de flor de cerezo, bambú y té. Kioto presume de la placidez y el toque zen de sus barrios de casas bajas y calles tranquilas, diseñados siguiendo los fundamentos del Feng Shui. Además, esta ciudad nos regala con el bosque de bambú más impresionante del planeta, un pulmón verde situado en el distrito de Arashiyama.
Esta maravilla natural se encuentra en las afueras de Kioto e invita a un recorrido mágico y al encuentro con altísimos bambúes que crean ambientes fascinantes gracias a los reflejos y juegos de luz que van cambiando en función de la hora del día. Este lugar también tiene su propia música, una melodía suave y especial que va creando el bambú cuando es mecido por la brisa.
El refrescante color verde es una constante en Arashiyama durante los meses más cálidos del año. El puente sobre un estanque repleto de nenúfares es un buen ejemplo de ello. Es una de las primeras imágenes que nos encontramos cuando llegamos a este punto de Kioto. También la calma, la tranquilidad y una permanente sensación de placidez nos acompañan en nuestro paseo por este gran jardín del país del Sol Naciente.
Desde el puente Togetsukyo alcanzaremos a ver unas vistas increíbles del lugar. Esta construcción es una recreación de otro puente perteneciente a la época clásica japonesa, un período brillante en el ámbito cultural del país en el que la capital era Kioto.
Si cruzamos este puente llegaremos al parque de los monos Iwatayama, un espacio que nos da la oportunidad de conocer de cerca a los auténticos macacos autóctonos japoneses en un entorno natural y en plena libertad.
La visita a los templos tradicionales es otro de los alicientes de esta visita. Entre los santuarios más interesantes de Arashiyama está Tenryu-ji, considerado uno de los templos zen más bellos de Kioto. El lugar está envuelto por un precioso jardín japonés en el que no resulta extraño tropezarse con algunas mujeres kiotenses ataviadas con el traje tradicional.
La visita a Arashiyama es una cita obligada en la que sucumbiremos a la belleza de un lugar exquisito y delicado alfombrado de diferentes tonalidades verdes, un distrito que conserva la esencia más genuina del Japón tradicional.
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