El Duero ha tenido y tiene un papel fundamental en la historia de España. Hace siglos marcó la línea fronteriza en la Reconquista, de ahí que parte de sus conjuntos históricos artísticos, incluida la construcción de un buen número de castillos y grandes monasterios, haya condicionado el devenir de los pueblos que lo abrazan. Compartido con Portugal, el 80% de su trazado transcurre en Castilla y León, y recorre cinco provincias: Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca.