Es una de las provincias más bellas y hasta ahora desconocidas de Filipinas, constituye uno de esos tesoros casi inexplorados del país que ofrece una paradisiaca combinación entre playas vírgenes y una exuberante vegetación. Formada por islas deshabitadas, increíbles ríos, lagos meromícticos, pozas naturales y cascadas en terraza, aloja enclaves como las Islas Dinagat o Surigao del Sur.