Este cañón fluvial, en la provincia de Guadalajara, es uno de los lugares más bellos de la península ibérica y uno de los más desconocidos. La zona sorprende por los impresionantes monolitos rocosos formados a lo largo de miles de años. La presencia del pequeño santuario de la Virgen de la Hoz le pone la guinda a un paraje fascinante.