​Descubriendo Nikko, un viaje a la espiritualidad y la naturaleza en Japón

Esta joya montañosa de situada al norte de Tokio, en la prefectura de Tochigi, cautiva con su rica herencia cultural, sus santuarios históricos y paisajes naturales incomparables
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A poco más de dos horas de Tokio, Nikko se presenta como un remanso de espiritualidad y naturaleza en la prefectura de Tochigi, rodeado de montañas y bosques frondosos. Este pequeño enclave es célebre por albergar algunos de los santuarios y templos más emblemáticos de Japón, lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como por sus paisajes que varían drásticamente con cada estación. Visitada desde hace siglos por viajeros y peregrinos, Nikko es una parada obligada para quienes desean profundizar en la cultura nipona y sumergirse en su naturaleza.

NIKKOGENÉRICA

Breve historia de Nikko

Con más de 1.200 años de historia, Nikko ha sido desde sus inicios un destino religioso y de peregrinaje. La fundación de esta ciudad espiritual se atribuye al monje budista Shodo Shonin, quien en el siglo VIII estableció el primer templo budista en la zona. Sin embargo, Nikko alcanzó su máxima relevancia en el siglo XVII, cuando el shogun Tokugawa Ieyasu fue enterrado aquí, en el majestuoso santuario de Toshogu, convirtiéndose en un símbolo de la dinastía Tokugawa y en un centro de culto y turismo que atrae a miles de visitantes cada año.

Santuario Toshogu: el esplendor del periodo Edo

NIKKOToshogu

Sin duda, el santuario Toshogu es el lugar más emblemático de Nikko y uno de los santuarios más opulentos de todo Japón. Dedicado a Tokugawa Ieyasu, el primer shogun del periodo Edo, el santuario combina elementos budistas y sintoístas en su arquitectura, algo inusual para la época.

NIKKOMONOS

Construido en 1617, el santuario fue ampliado y decorado con detalles excepcionales, destacando sus puertas ornamentadas, paredes cubiertas de láminas de oro y esculturas de madera pintadas en vivos colores. Entre ellas, destacan los famosos "Tres Monos Sabios" que representan el proverbio "no ver el mal, no escuchar el mal, no decir el mal". El Toshogu es además una lección de arquitectura japonesa, con más de una docena de edificios cuidadosamente distribuidos y rodeados de cedros centenarios que confieren al lugar una atmósfera de solemnidad y misticismo.

Puente Shinkyo: el cruce entre lo terrenal y lo divino

NIKKOPUENTE

A las puertas de Nikko, el puente Shinkyo, de 28 metros de longitud, recibe a los visitantes con su imponente estructura de madera lacada en rojo que se extiende sobre el río Daiya. Este puente sagrado simboliza el cruce entre el mundo terrenal y el reino divino y se cree que fue utilizado solo por la realeza y los monjes. El Shinkyo es uno de los tres puentes más hermosos de Japón, y aunque hoy en día solo se puede cruzar mediante pago, su imagen sobre el río es uno de los lugares más fotografiados de Nikko, especialmente en otoño cuando los árboles circundantes despliegan sus tonos rojizos y dorados.

Taiyūinbyō: el mausoleo de Tokugawa Iemitsu

NIKKOTokugawa

Otro de los lugares imperdibles es Taiyūinbyō, el mausoleo del tercer shogun Tokugawa Iemitsu, nieto de Tokugawa Ieyasu, quien deseaba descansar cerca de su abuelo sin opacar el esplendor de su santuario. El mausoleo está construido siguiendo el estilo gongen-zukuri, una arquitectura que combina los elementos sintoístas y budistas, y refleja un estilo más sobrio en comparación con Toshogu. Rodeado de naturaleza y con una atmósfera más tranquila, Taiyūinbyō permite al visitante un recorrido sereno y respetuoso por la historia de los Tokugawa.

Parque Nacional de Nikko: naturaleza en su máxima expresión

Más allá de los templos, Nikko es también famosa por su Parque Nacional, un área de preservación natural que se extiende por más de 1.400 kilómetros cuadrados y ofrece una variedad impresionante de paisajes. Desde lagos de montaña hasta cascadas y rutas de senderismo, el Parque Nacional de Nikko es una joya para los amantes de la naturaleza.

NIKKOLAGO

Uno de los puntos más populares es el lago Chuzenji, situado a los pies del monte Nantai, un volcán sagrado de 2,486 metros de altitud. Durante el otoño, el área se convierte en un mar de colores debido al cambio de las hojas de arce, atrayendo a turistas de todo Japón.

NIKKOCASCADA

Otro sitio destacado es la cascada Kegon, de 97 metros de altura, donde el agua cae en un espectáculo visual impresionante, especialmente en invierno cuando se congela y se convierte en un paisaje de ensueño. También se pueden encontrar aguas termales naturales en la zona de Yumoto Onsen, ideales para relajarse después de un día de caminata.

Nikko: un destino para todos los sentidos

Nikko es una mezcla armónica entre cultura y naturaleza. Además de sus templos y parques, la ciudad es famosa por su cocina local. Uno de los platos más característicos es el yuba, una especie de piel de tofu que se consume en diferentes formas, desde frito hasta en guisos, y que es popular entre vegetarianos y veganos.

NIKKOTOFU

Con una oferta que abarca desde la espiritualidad hasta la naturaleza, Nikko es un destino capaz de satisfacer a todo tipo de viajeros. Su cercanía a Tokio y sus paisajes de ensueño la convierten en una escapada ideal para quienes buscan sumergirse en la cultura japonesa sin renunciar al contacto con la naturaleza.

Cómo llegar a Nikko

Desde Tokio, Nikko es accesible mediante un viaje de poco más de dos horas en tren, bien sea en la línea Tobu Nikko o a través de la línea JR. Ambas opciones ofrecen un recorrido escénico que añade un atractivo extra a esta experiencia inolvidable.

En definitiva, Nikko se alza como un rincón donde historia, espiritualidad y naturaleza confluyen, dejando una huella imborrable en quienes la visitan. Para aquellos que deseen conocer la esencia de Japón, Nikko ofrece un viaje profundo hacia el pasado y una conexión única con su entorno.

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