Tras el calor del verano, grillos, libélulas y otros animales e insectos celebran el descenso de las temperaturas, mientras los árboles tiñen sus copas con tonos naranjas, rojos, amarillos y marrones, creando una estampa inigualable que en Japón se conoce como 'koyo' o 'momiji'. Este follaje otoñal, fruto del cambio de estación, ofrece una panorámica irrepetible en los paisajes japoneses.
La tradición del 'momijigari', que significa literalmente “caza de hojas otoñales”, consiste en la actividad de contemplar este fenómeno en diferentes lugares, de forma sostenible con el medioambiente y respetuosa con la naturaleza. Concretamente, la hoja de arce japonés simboliza el otoño en el país, durante estos meses, son tradicionales los pasteles con la forma de la hoja de este árbol, llamados momiji manju.
Cada año, la temporada de la coloración de las hojas otoñales comienza en las zonas más frías del norte de Hokkaido y se desplaza gradualmente hacia el centro comenzando por las zonas altas y, posteriormente, hacia el sur de Japón. En cada región, las montañas son las primeras en llenarse de color, y después este espectáculo se extiende a los jardines de las ciudades, parques y templos.
El encanto de este exuberante y pintoresco follaje se encuentra en el característico clima otoñal de Japón, que se caracteriza por las frescas mañanas, los días cálidos, y las noches frías que propician el cambio de colores en las hojas de otoño. Además, dado que es la época de cosecha y en consecuencia ofrece una deliciosa comida con productos de temporada, el otoño se presenta posiblemente como una de las mejores ocasiones para visitar Japón.
La isla de Hokkaido, situada al norte del país, alberga un gran patrimonio natural formado por 6 parques nacionales y numerosas reservas naturales y humedales, que impresionan a los visitantes durante su etapa otoñal. Además, la región ofrece múltiples volcanes, lagos y lugares donde experimentar la cultura indígena local Ainu, conocida por su cultura ancestral que incluye una lengua única, creencias religiosas centradas en un profundo respeto por la naturaleza, danzas tradicionales y rituales.
La prefectura de Akita, situada al norte de la isla de Honshu, es una opción popular tanto para aventureros al aire libre como aficionados a la historia. En otoño, esta región se llena de energía con un follaje vibrante, lo que lo convierte en el momento perfecto para sumergirse en sus famosos onsen al aire libre mientras se aprecia el exuberante paisaje natural. En la zona limítrofe entre las prefecturas de Akita y Aomori se encuentra el hayedo de Shirakami Sanchi, patrimonio natural mundial de la UNESCO.
En la prefectura de Osaka, ubicada al sur de la isla de Honshu, a medida que la humedad característica del verano va disminuyendo, las hojas van adquiriendo un color rojizo intenso y crean un paisaje único que rodea la segunda ciudad más grande de Japón y sus alrededores. En el castillo de Osaka, uno de los tres castillos más famosos de Japón junto el castillo de Nagoya y el castillo de Kumamoto, los visitantes pueden disfrutar de una vista combinada del castillo e hileras de árboles gingko con sus hojas doradas. El parque del castillo de Osaka es un auténtico oasis urbano.
La prefectura de Kagoshima, situada en el extremo sur del llamado Japón continental, es popular por su actividad volcánica y su clima templado, especialmente en la época otoñal. Durante esta estación del año, decenas de miles de grullas llegan al Centro de Observación de grullas de Izumi, que cuenta con el mayor número de grullas migratorias de Japón.
Para disfrutar de este espectáculo, esta sería la previsión para experimentar Japón con sus hojas otoñales en 2023:
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