Ferrol es conocida por sus paisajes salvajes y sus playas, por su incesante actividad cultural pero también por su exquisita gastronomía. Éxito que le debe a la excelente calidad del producto de cercanía y a la labor y desempeño de sus restauradores que posicionan a Ferrol como destino gastronómico a tener en cuenta en una ya de por sí tierra conocida por su cocina como es Galicia.
Si hay algo que caracteriza a Ferrol es su amplio repertorio de atractivos con los que conquistar a todos y cada uno de los visitantes que llegan dispuestos a dejarse embelesar por la ciudad. De entre todos ellos, su variada gastronomía claramente influenciada por el producto de mar, regala al paladar una experiencia para el recuerdo.
Los productos del mar son los grandes reyes de la gastronomía gallega y, en concreto, de la ferrolana. Y es que en sus rías podemos encontrar más de 50 tipos de marisco y más de 80 variedades de pescado entre las que destacan la merluza, el rodaballo, el mero, la lubina, el lenguado o la sardina, muy solicitada en los meses de junio y julio.
Mención aparte las Almejas Babosas, procedentes de la Ría de Ferrol. Sustraídas del banco de as pías y también de la zona ubicada entre los Castillos de San Felipe y la Palma, se trata de un alimento de gran valor culinario presente en numerosos guisos ferrolanos. Como no, es ineludible hablar del codiciado Mejillón Gallego, importante y demandado en el plato de cualquier gourmet que se precie. No por nada, Galicia es el segundo productor mundial de este delicioso manjar.
En lo que a carne se refiere, no puede pasar por alto la ‘Ternera de Capelada’, un tipo de ternera criada en semilibertad en las proximidades de Ferrol, alimentada exclusivamente a base de pasto y leche, rehuyendo de cualquier tipo de pienso, lo cual la convierte en una de las carnes más exquisitas que existen. Textura, aroma en plato y sabor en boca... Mejor probar y decidir.
En cuestión de postres, no puede faltar el ‘Arroz con leche’ -postre típico de Ferrol que se consume especialmente el 7 de enero, día de San Xiao-, pero que en verano se disfruta igual de bien; y la ‘Tarta de Ferrol o Tarta Castiñeira, parecida a la de Santiago pero elaborada con castañas’. El postre que mejor define la repostería ferrolana.
Encontrar un lugar en Ferrol donde poder quedar saciado ante tantos manjares es sumamente fácil. Rincones como el Nautic La Graña. Un sitio tranquilo en el que disfrutar de una agradable velada con unas vistas de la Ría magníficas. A pie de la playa de Doñinos, también se puede gozar de un homenaje a los sentidos en el Boa Onda (unos lomitos de rape con salsa ‘cerdeiresa’ y guisantes, obligatorios). Y oteando la playa de San Xurxo, Costa Verde, donde el mimo y el gusto por lo sencillo se nota en cada bocado.
Ferrol es capaz de ‘atrapar’ al viajero que ya tiene una idea preconcebida de lo que se va a encontrar una vez pone los pies en la ciudad: tiempo agradable; playas en las que dejar que las horas pasen sin pensar en nada más; un legado histórico al alcance de muy poquitos rincones en esta país y unas gentes que acogen y atienden a los visitantes como nadie. Si añadimos una cocina entendida desde el respeto a las materias primas de la zona, el gusto por las elaboraciones de siempre y la búsqueda de la excelencia a través de nuevas propuestas, la respuesta siempre conduce al mismo sitio: gastronomía de Ferrol.
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