Nuevos contrastes de colores, texturas, olores y sabores marcan la nueva temporada micológica de la provincia de Salamanca que se extiende durante la estación primaveral. Sus óptimas condiciones medioambientales garantizan la reproducción de setas y hongos en esta época del año cuya recolección está estrictamente regulada a lo largo de numerosos recorridos ubicados en espacios naturales de gran valor ecológico.
La provincia de Salamanca alberga el Parque Micológico “Sierras de Francia, Béjar, Quilamas y El Rebollar”, el primero en obtener esta declaración en Castilla y León. Situado al sur de la provincia, su superficie se extiende por más 57.000 hectáreas distribuidas en 44 municipios. El parque lo conforman desde valles profundos, altas cumbres o bosques tupidos con una vegetación muy variada de tipo mediterránea y atlántica, donde robledales y coníferas comparten espacio con abedules, encinas, castaños y acebos. La comarca de El Rebollar es especialmente significativa al conservar el bosque de roble rebollo más extenso de toda la península.
Para los amantes del micoturismo, la provincia de Salamanca pone también a su disposición una red de senderos micológicos que permiten al viajero disfrutar y conocer en toda su expresión el reino natural de los hongos. Los caminos transcurren siempre por paisajes singulares que conectan pequeños pueblos llenos de encanto y que en una buena parte han conservado un extraordinario patrimonio histórico y etnográfico.
Sendero micológico Montemayor del Río – El Cerro (Sierra de Béjar)
Cerca de Montemayor por la Cañada Real Soriana Occidental y de la Plata, se concentra el Sendero Interpretativo de los Hongos, con un total de siete paneles que desarrollan el tema micológico. A lo largo de la ruta, se puede apreciar la hermosa cestería del castaño, así como los principales atractivos de este pueblo, rodeado de bosques ancestrales.
Sendero micológico Cepeda – Madroñal – Herguijuela de la Sierra (Sierra de Francia)
Esta ruta se puede empezar en sentido circular desde cualquiera de los tres pueblos y completarlo sin excesivo esfuerzo, recorriendo dos valles que desde tiempos inmemoriales sirvieron de vías de comunicación, a través del Valle del río Alagón. Un recorrido totalmente endulzado por los frutos y colmado por los bordados serranos. En cuanto a la gastronomía, no hay nada mejor que terminar disfrutando de la carne del sagrado cerdo, así como de toda la variedad de dulces típicos de la zona.
Sendero micológico Tamames – Aldeanueva de la Sierra (Quilamas)
El Sendero micológicoTamames alcanza vistas asombrosas sobre el tapiz de dehesas del Campo Charro, así como lugares reales donde late un reino legendario. Además, la ruta surca las fronteras entre el encinar de la llanura, el quejigal de la ladera y el rebollar serrano, resplandeciendo, de esta manera, la biodiversidad de la zona. Dentro de esa variedad, se pueden apreciar, tanto hongos típicos como liquenizados que cubren rocas y árboles. Tras finalizar la ruta, nadie puede irse sin probar el queso de cabras y ovejas criadas en las propias dehesas.
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