Visité por primera vez la noble villa de Moya hace algunos años, con motivo de un reportaje que tuve que realizar para el programa de TVE, “España en Comunidad”. Me interesé por este histórico y bello lugar ubicado en la serranía de Cuenca, por haber llegado a ser en su época de esplendor la llave de los reinos de Castilla, Aragón y Valencia. Y es que, como afirma el lugareño e investigador de este emblemático lugar, Luis Sánchez: “La noble villa de Moya, su población y su grandeza, llegó a brillar de un modo especial en otros tiempos en el mundo entero, entre las luchas y las guerras”.
Hoy, es una ciudad medieval en reconstrucción, situada en un lugar estratégico privilegiado, declarada como Conjunto Histórico-Artístico, desde 1982. Además, a los pies de esta ciudad medieval hallamos diversos proyectos turísticos construidos con el corazón, pensados para el completo descanso del turista. Pero antes de proseguir con mi relato descriptivo del lugar y sus atractivos históricos, culturales y paisajísticos, permítanme que, en honor a la verdad, les confiese que fui seducido para efectuar esta visitapor Hécate, la diosa protectora de los caminos, los límites y las fronteras, con la esperanza de hallar mi particular “Arca perdido”, es decir, el origen de mi apellido materno: Moya.
El complejo “Histórico-Artístico de la Noble Villa de Moya” se alza sobre un cerro de 1155 metros de altitud, dominando un amplio territorio de las provincias de Cuenca, Teruel y Valencia. Por este enclave privilegiado ha sido objeto de disputas y batallas a lo largo de los tiempos. Esta es la razón principal por la que algunos historiadores la han llamado, “Moya, llave de reinos”.
La historia de “La Noble Villa de Moya” se remonta a la época musulmana. Y, con la reconquista, en 1215, Enrique I entrega este Señorío a la Orden de Santiago. Su primer Señor fue Don Juan González. Elevó su rango a Lugar de Realengo en 1319 y al de Marquesado con Don Andrés de Cabrera, “El Buen Vasallo”, en 1480, confirmado por los Reyes Católicos.“La Noble Villa de Moya” conserva actualmente una doble muralla árabe, un castillo, la Iglesia de Santa María, la de San Bartolomé en restauración, la de Santa Trinidad reconvertida en hospedería y el Ayuntamiento.
Me encaramé a este complejo histórico-artístico en coche, siguiendo las indicaciones del historiador, Luis Sánchez, conocedor de este terreno con tanta precisión como la de un sherpa del Himalaya. Lo hicimos desde la carretera de Landete-Algarra; a continuación tomamos un camino asfaltado que asciende hasta el lugar dela aldea de “El Arrabal”. Al inicio de este camino asfaltado, contemplamos una columna estriada que centra un recinto cuadrangular, correspondiente al solar de la ermita de “La Santa Cruz”. Después seguimos la serie de rampas que conducen hasta el complejo. Para los que deseen llegar por su propio pie, lo más aconsejable sería atravesar la aldea y continuar por el camino de tierra, en busca de la Puerta de la Villa, que se abre en el Tercer Recinto o muralla exterior, sobre el mismo poblado.
Escucho con atención la abundante información que me suministra la sapiencia de Luis Sánchez, un enamorado de este histórico lugar. “Esta iglesia que estás viendo, José Antonio, construida en este cerro donde nos encontramos, llamado “Cerro de la Merced”, es la famosa “Iglesia de Santa María”, donde, por cierto, hoy se sigue rindiendo culto. Inicialmente fue mezquita o sinagoga hasta que el rey Alfonso VIII la reconvirtió en iglesia. Y es que, en esta Noble Villa-continuando con su magistral exposición- a partir de alcanzar el estatus de marquesado, que gobernaba sobre 33 pueblos y 3 aldeas y caseríos, se llegaron a construir hasta 7 iglesias. Luego, conduciéndome hasta otro lugar emblemático del cerro, me dice: Nos encontramos en el gran convento de la congregación franciscana, actualmente en restauración. Tomaron posesión en 1630. Eso que ves ahora-me indica señalando el lugar con el dedo índice de su mano derecha- es un aljibe, donde se guardaba el agua para cubrir las necesidades de las monjas del convento.
No desearía, amigo lector, que pensaras que este complejo histórico-artístico de la Noble Villa de Moya es una reliquia del pasado, pues lo es también del presente. A sí que: ¿Y si te dijera que estas piedras cobran vida cada 7 años? Pues bien, debes saber que desde el siglo XVII se viene realizando un acontecimiento devocional y folklórico cargado de historia y simbolismo: el llamado Septenario de la Virgen de Tejeda, que reúne a miles de devotos pertenecientes a los antiguos pueblos del marquesado de Moya. Desde Garaballa parten en romería acompañando la imagen de la Virgen, trasladada por porteadores, hasta su llegada a la iglesia de Santa María La Mayor, en la villa de Moya. Los danzantes, con sus bailes medievales con castañuelas y su vestimenta típica, dan la nota de colorido al desplazamiento.
Tampoco que mi descripción te lleve a la conclusión de que se trata de un lugar donde Cristo dio las tres voces, amplificada por las fotografías que aporto de los años 60 del siglo pasado,cedidas gratamente para la ilustración de este artículo por Don Antonio Texeda: maestro nacional y conquense de pro, amante de la educación, la cultura y la fotografía.Y es que, hoy, gracias a las importantes inversiones y actuaciones procedentes de diferentes administraciones, las antiguas ruinas de Moya han empezado a recobrar su esplendor de antaño.
Así que, no te lo pienses más, y date una vuelta por este secular complejo histórico-artístico-paisajístico. Te informo que, para la cuestión del “avituallamiento”, a los pies de esta ciudad medieval se encuentra,“Tierras de Moya”, una casa rural construida con el corazón. Si alguna vez te animas a visitarla, descubrirás al entrar por su puerta centenaria algo especial e inesperado: altos techos, espaciosas estancias y tranquilidad, mucha tranquilidad; un bien-este de la tranquilidad-muy preciado en nuestros tiempos de prisas y agitación.
Con la comodidad de un hotel de lujo, este proyecto turístico conserva el alma de una casa solariega, donde cada rincón esconde un detalle, una sorpresa: la biblioteca con chimenea, el salón de los “Tres Reinos” o las antiguas caballerizas, reconvertidas en sala de juegos. Y con un equipo humano empeñado en hacer de cada estancia un recuerdo imborrable, te sentirás que has venido a este lugar idílico a descansar y desconectar.
Un descanso y una desconexión del mundanal ruido que también podrás hallar en “Señorío de Moya”, otra casa rural, tipo apartamentos, situada en la pequeña población de Huertos de Moya. Ha sido diseñada para que sientas el ambiente rural con un marcado toque de modernidad. Además, la atención familiar de sus dueños te harán sentir como si estuvieras en tu propia casa.
Y, en cuanto a mis pesquisas sobre el origen de mi apellido materno, Moya-otra de las razones que me impulsaron a visitar el complejo- los genealogistas siguen sin ponerse de acuerdo sobre el origen específico del apellido y en qué época cronológica se usó por primera vez. Al parecer,según afirma Fernando González-Doria en su "Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España, el apellido Moya, tuvo su cuna en las montañas santanderinas; también que el apellido tiene una casa muy importante en Galicia, entroncada con el caballero Álvaro Mariño, que en el año 830 asistió a la toma de la villa de Moya, en Cuenca. Una rama del apellido pasó a Cataluña hacia 1200, extendiéndose después por Andalucía, ambas Castillas, Murcia y las Indias. Y hasta aquí puedo escribir.
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* Imágenes: Antonio Texeda
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