Han viajado por los cinco continentes superando situaciones impensables. Un día están en Brasil buscando a un huérfano (y tratando de librarse de un secuestro); al otro en Toronto con la novia de Bart; luego se van a Francia huyendo de la justicia y después, en su afán de cobrar un premio, terminan de safari en África. Los Simpson –quizás sin intención de su creador, Matt Groening—se han convertido en los guías turísticos más populares del mundo. Todo el mundo quiere viajar a la ciudad de estos personajes amarillos. Para celebrar el 30 aniversario del estreno de la serie el próximo 18 de diciembre, Rumbo.es hace un recorrido por algunos de los lugares visitados por Los Simpson.
Los Simpson llegan a España: desde los sanfermines hasta Barcelona
Los Simpson nunca han realizado un viaje en concreto a España. Sin embargo, la serie ha hecho muchos guiños a tradiciones y lugares de nuestro país. Hasta el momento, el único que ha pisado suelo español es Homer, acompañado de un amigo por correspondencia, en la vigésimo quinta temporada ¿Dónde estuvo? En Barcelona. Solo se ven unos segundos paseando frente a la Sagrada Familia. Otra “visita” de la familia a tierras ibéricas se puede ver en uno de los icónicos openings de la serie, cuando todos, con pañuelo rojo al cuello, corren por calles que emulan Pamplona hasta que, finalmente, logran alcanzar el mítico sofá de su salón. Por otro lado, también hay españoles que han visitado Springfield. Uno de ellos fue Javier Barden, quien aparece como inspector escolar para aterrorizar a los padres de Lisa y Bart. Enrique Iglesias lo hizo una vez, pero a través de la canción Rhythm Divine. El arte español también ha estado representado en esta serie. En un capítulo se puede ver a Otto robando “El Guernica” en medio de una ola de vandalismo. Más delante, Nelson, el macarra del cole, intenta pintar su propia versión de esta joya del Museo Reina Sofía de Madrid.
Londres: la ciudad europea que volvió loco a Homer
Un golpe (y esta vez de suerte) lleva a los Simpson a obtener una buena suma de dinero y deciden emprender --con muchísimo entusiasmo— un viaje al viejo continente en la temporada 15. ¿Por qué? El abuelo Abe quiere reencontrarse con un viejo amor. Los problemas surgen nada más llegar cuando confunden al Primer Ministro con Mr. Bean. De este viaje se pueden aprender muchas cosas: la mejor forma de conocer esta ciudad es andando y en su transporte público. Conducir, además de lo difícil que es conseguir aparcamiento, implica lidiar con sus particulares rotondas. No te vaya a suceder como a Homer, que enloqueció de tal manera que terminó estrellando el coche contra el Palacio de Buckingham. Por cierto, no hay que perderse el cambio de guardia todos los días y, si hay suerte, la visita puede coincidir con algún acto oficial en el que participe la Reina. Solo esperamos que este encuentro sea más cordial que el que tuvo con Marge, Homer, Bart, Lisa y Maggie. Otra recomendación es hacer el tour de Harry Potter, quizás haya suerte y te pase como a Lisa que pudo hablar con la mismísima J.K. Rowling. Los ingleses son muy cordiales, así que nadie te pedirá que te lleves a Madonna en la maleta.
Japón para novatos: compra billetes con tiempo y no atravieses las paredes
En la temporada 10, la familia Simpson, por cosas del azar, viaja a Japón y, dado el poco conocimiento de su cultura, Homer termina en una lucha de sumo como un yokozuna más con el emperador y de ahí directo a la cárcel (que no son tan acogedoras como muestra la sitcom). Es para partirse de la risa, pero en la vida real una visita a Japón no debe tomarse tan a la ligera. Lo primero: comprar los billetes y reservar el hotel con tiempo de antelación y todo bien organizado. Nada de esperar en el aeropuerto a que queden asientos los libres. Una vez allí cambia los euros a yenes y busca “hacer algo japonés”, como tanto lo pide Lisa: comer el sushi en los mercados, recorrer templos, perderse en el metro de Tokio o tomar clases del ritual del té. Muy importante: no atravieses las paredes de papel washi y madera. Busca la puerta, seguro la tienes al lado.
Australia: para ver el agua del retrete correr en sentido contrario
Cuando en la temporada seis Lisa explica a Bart el efecto Coriolis no se imagina que iba a provocar un conflicto diplomático histórico entre Estados Unidos y Australia. Su transgresor hermano busca comprobar con una llamada a cobro revertido que, efectivamente, el agua del retrete corre en sentido contrario y allí comienza el caos. Los Simpson viajan a Australia a intentar poner fin a la crisis bilateral que, para colmo de males, empeora. Quienes quieran ver con sus ojos correr el agua “hacia el otro lado” lo primero que deben hacer es tramitar un visado con tiempo de antelación, al igual que los billetes para conseguir un buen precio. Para evitar sorpresas, como en los Simpson, el estar en el hemisferio sur, en invierno hace calor y viceversa. Ver los canguros es algo que hay que hacer, pero que a nadie se le ocurra subirse a las bolsas de las hembras. No son tan idílicas como la pintan, además es considerado una agresión a la naturaleza. Y no te preocupes: ninguna autoridad te dará una patada si cometes algún error, aunque al ser un país tan civilizado lo mejor es portarse muy bien.
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