La localidad rumana de Brasov es un buen punto de partida para acercarse hasta esta fortaleza, parada clave en la famosa Ruta de Drácula. Según se cuenta, el castillo, del siglo XIV, fue durante un tiempo la residencia del príncipe Vlad el Empalador, aunque otras versiones apuntan a que solo lo visitó en una ocasión.
Esta pequeña ciudad rumana, en la región de Transilvania, cuenta con más de ocho siglos de antigüedad y presenta una arquitectura medieval muy bien conservada. Otro de los atractivos turísticos de la localidad es la presencia en su núcleo histórico de la que, al parecer, fue la casa natal de Drácula.