A tan solo 30 millas de la costa castellonense se encuentra uno de sus tesoros naturales mejor conservados, las Islas Columbretes. Un archipiélago formado por un conjunto de islotes de gran belleza natural perfecto para los amantes de la naturaleza y la historia en busca de lugares únicos en los que desconectar.
El mes de agosto no solo se caracteriza por las máximas temperaturas, sino que también marca el preludio del final del verano. La ciudad de Castellón ofrece innumerables actividades y planes por descubrir para disfrutar de esta capital mediterránea que ofrece una diversidad de entornos naturales que invitan a la exploración, así como emocionantes opciones para disfrutar al aire libre y los deportes acuáticos.
Abierta al Mediterráneo, pero arropada también por la montaña –donde se gestó antes de trasladarse a la Plana en el siglo XIII– y bellos parajes naturales, Castellón es un destino para todo el año. Tranquila de espíritu y vibrante culturalmente, sus calles y plazas son también un museo al aire libre que sorprende al viajero con esculturas, pinturas murales, cerámica, edificios modernistas, parques donde relajarse y oxigenarse, tres playas urbanas y un puerto.
Castelló de la Plana atrae al visitante por su sabrosa y variada oferta gastronómica –perfecto maridaje de mar, montaña y huerta– pero atesora también un patrimonio histórico que supone el complemento perfecto a una escapada inolvidable. Desde su corazón urbano, la Plaza Mayor, arranca una ruta con sabor a pasado medieval y toques modernistas en una ciudad que se gestó en la montaña pero que se trasladó al llano en el siglo XIII para crecer a orillas del Mediterráneo.
Castellón de la Plana da la bienvenida a 2019 cargada de tentadores alicientes. Sus tradiciones festivas y su sabrosa gastronomía proponen una docena de sugerentes citas a lo largo de todo el año que son la excusa perfecta para ir a descubrir los otros múltiples atractivos, patrimoniales y naturales, de esta capital mediterránea de la Comunidad Valenciana, referente de la Costa Azahar.
En Castellón la historia no solo se ve reflejada en los monumentos que salpican sus calles y plazas sino ahora también bajo tierra. La Guerra Civil dejó cerca de 300 refugios subterráneos privados y 43 públicos, de los que este verano se ha abierto uno: el de la plaza Tetuán. Un refugio antiaéreo a 13,20 metros de profundidad construido hace ocho décadas cuyos túneles muestran al visitante cómo vivían los cientos de refugiados que allí se escondían.
Sus playas, la oferta deportiva, el turismo accesible, la gastronomía y las fiestas convierten a Castellón en un destino ideal para todo el año.