Aunque las motos son un vehículo muy versátil, son más incómodas que un coche cuando se trata de trayectos muy largos. Por eso, es esencial una buena preparación y una postura adecuada para evitar sufrir lesiones a largo plazo. Conducir una moto implica atender a muchos estímulos y realizar varios movimientos a la vez, algo que en ocasiones es complicado de coordinar. Equilibrio, embrague, marchas, trazada, freno, posición del cuerpo, respiración…