Viaje a Ítaca: rogando que el camino sea largo

“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias”. Con esta frase y el poema al que pertenece, el poeta griego Kavafis nos recuerda que siempre es más importante el viaje, el camino, que llegar al destino escogido.

Nosotros también queremos que nuestro viaje a Ítaca nos inunde de experiencias. La tierra de Ulises existe y es una pequeña isla griega del Jónico que queremos que nos abrace, entre historias mitológicas y aguas de intenso color azul.

Con algo menos de cuatro mil habitantes, esta isla, pequeña y escarpada, nos descubre antiguas aldeas de pescadores y un estilo de vida alejado de los masificados reclamos turísticos, invitándonos a una estancia relajada y lenta, tan plácida que casi destila felicidad.

Nada especial nos espera en Ítaca, ni siquiera Penélope. Sin embargo, allí está todo lo que estamos buscando si queremos seguir la estela de las aventuras del viajero Ulises, narradas por Homero. Nos hemos propuesto disfrutar de esta aventura incluso sin tener la confirmación de que se trate de la misma tierra del héroe Odiseo, detalle que no nos importa ni nos va a impedir soñar.

Vathí, la capital de la isla, es un pequeño pueblo pesquero con una bahía natural espectacular. Por su parte, Kioni y Frikes son, junto a la ciudad principal, las dos localidades con mayor número de servicios para los viajeros: alojamientos, bares y restaurantes…

Las playas de este territorio montañoso son de piedra y nos garantizan una estancia tranquila, casi en soledad.

Brindamos por Ítaca con una copita de ouzo, el ardiente licor célebre en toda Grecia. Nos gusta que exista esta isla, quizás la menos visitada de todas las Jónicas, circunstancia que no queremos que cambie nunca.