Tulum, situada en la península del Yucatán a orillas del mar Carible, fue la última antigua ciudad maya en ser abandonada por el pueblo que la fundó. A diferencia de otros enclaves como Chichén Itzá, aún estaba habitada cuando llegaron los españoles en 1518, aunque ya en clara decadencia. Los historiadores datan su despoblación definitiva hacia finales del siglo XVI.
Actualmente, el complejo arqueológico es uno de los destinos turísticos más importantes de México. La entrada cuesta 70 pesos (unos 3,50 euros) y el recorrido se puede hacer en un par de horas. Es recomendable contratar un guía oficial por unos 50 o 100 pesos más por persona, dependiendo del tamaño del grupo.
Un entorno privilegiado
Tulum está encuadrada dentro del parque nacional que lleva el mismo nombre, que comprende una superficie de 664 hectáreas. La ciudad moderna, de unos 20.000 habitantes, queda a menos de un kilómetro de distancia.
Al sur de la zona arquitectónica se encuetran las playas de Santa Fe, Pescadores y Esperanza, unas de las más bonitas de toda la Riviera Maya. Otro de los atractivos del lugar es el arrecife de coral que se halla a unos 500 metros de la costa, al que se puede acceder en barca.
Un poco de historia
Tulum significa "muralla" en lengua maya y en la antigüedad también se la denominó Zamá, que quiere decir "amanecer". Fue una de las urbes más importantes del periodo precolombino, especialmente durante los siglos XIII y XIV, por estar junto al mar y ser una escala necesaria en las rutas comerciales de la época.
La construcción de Tulum se basó en el concepto de las “cuatro esquinas”. La ciudad representaba un mundo ordenado, racional, hecho para dioses y hombres. En cada esquina y en cada entrada se instalaron figuras de "balames" o espíritus guardianes del pueblo en la mitología maya, que todavía hoy se conservan.
Principales edificios
Aunque se han encontrado inscripciones que datan de 564, la mayor parte de los edificios que quedan fueron construidos entre los años 1200 y 1450.
El más relevante es El Castillo y se asienta sobre un acantilado frente al mar. Tiene elementos que hacen referencia al Sol y a Venus y en la parte inferior hay una cueva, que representa el inframundo. Además, permitía a los marineros sortear los peligros del arrecife de coral que se encuentra frente a la ciudad. Para llegar a Tulum, los mayas navegaban en paralelo a la costa y al visualizar los ventanales del Castillo, que actuaban a modo de faro, tomaban el canal que divide el arrecife.
El Templo del Dios Descendente es conocido por tener una curiosa asimetría en su fachada, que da a poniente, y por tener un personaje de estuco en un nicho sobre el dintel dispuesto en posición descendente que capta la atención inmediatamente.
Otro edificio es el Templo de los Frescos, cuyos muros internos están decorados con pinturas en tonos grises y azules.
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