Nos acercamos a Marruecos, un país que enamora con su rica mezcla de culturas e increíbles paisajes, un destino que atrapa nuestra imaginación con los vibrantes zocos de Marrakech, las tranquilas playas de Essaouira o las majestuosas dunas del desierto del Sáhara. Este punto del planeta nos ofrece una experiencia única y fascinante. Entre sus numerosos encantos, hay un tesoro escondido que no pensamos pasar por alto: la antigua ciudad romana de Volubilis.
Situada a tan solo 20 kilómetros al norte de la ciudad imperial de Mequinez y a unos 80 kilómetros al oeste de Fez, Volubilis es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Marruecos. Fundada en el siglo III a.C. y posteriormente expandida bajo el dominio romano, esta ciudad es un testimonio impresionante de la historia antigua y del legado romano en el norte de África. En 1997, la Unesco reconoció su valor histórico y cultural al incluirla en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Al llegar a Volubilis, nos sentimos inmediatamente transportados en el tiempo. Las ruinas, dispersas en un vasto paisaje de colinas y campos verdes, ofrecen una ventana única a la vida en una ciudad romana próspera. Aunque casi la mitad del sitio aún no ha sido excavado, lo que se puede ver es suficiente para dejarnos boquiabiertos.
El foro de Volubilis, que era el centro de la vida política y social, aún conserva partes de sus columnas y la base de los edificios que lo rodeaban. Aquí, se discutían asuntos importantes y se tomaban decisiones que afectaban a toda la comunidad.
Las termas, otro punto destacado, muestran la avanzada ingeniería romana en términos de calefacción y distribución del agua. Caminando por estas estructuras, es fácil imaginar la vida cotidiana de los antiguos habitantes, disfrutando de baños calientes y fríos en medio del esplendor arquitectónico.
Entre los edificios más impresionantes de Volubilis se encuentra el templo de Júpiter. Dedicado al dios romano del cielo y el trueno, este templo dominaba el paisaje urbano con su majestuosa estructura. Aunque gran parte de su gloria original se ha perdido con el tiempo, las ruinas que quedan evocan la grandeza del Imperio romano y su impacto en la región.
No muy lejos del templo, el Arco de Caracalla se alza como uno de los monumentos más emblemáticos de Volubilis. Este arco triunfal fue construido en el año 217 d.C. en honor al emperador Caracalla y a su madre. Con sus elaboradas inscripciones y detallados relieves, el arco es un ejemplo sobresaliente del arte y la arquitectura romana. Al caminar bajo su imponente estructura, no podemos evitar sentirnos pequeño ante la magnitud del imperio que una vez fue.
Sin embargo, si hay un elemento que verdaderamente destaca en Volubilis, son sus mosaicos. Considerados como la joya de la antigua ciudad, estos mosaicos han sobrevivido sorprendentemente bien a lo largo de los siglos. Decorando los suelos de varias villas, representan escenas de la mitología romana, la vida cotidiana y la naturaleza.
Entre los más famosos se encuentra el mosaico de Orfeo encantando a los animales, que muestra al mítico músico rodeado de diversas criaturas mientras toca su lira. Otro mosaico notable es el de los Trabajos de Hércules, que ilustra las doce hazañas del héroe mitológico en una serie de paneles intrincadamente detallados.
A pesar de que Volubilis ha sido objeto de excavaciones durante más de un siglo, los arqueólogos continúan haciendo descubrimientos sorprendentes. Recientemente, se han encontrado nuevas secciones de mosaicos y se han desenterrado objetos que arrojan luz sobre el comercio y la vida cotidiana en la ciudad.
Una curiosidad interesante es que Volubilis fue abandonada en gran medida en el siglo XI, cuando la sede del poder se trasladó a Fez. Sin embargo, el sitio nunca fue completamente olvidado. Durante el periodo medieval y hasta el siglo XVIII, las ruinas sirvieron como cantera de materiales de construcción para las cercanas Mequinez y Fez. Este uso prolongado contribuyó tanto a la preservación como al deterioro de ciertas estructuras.
La inclusión de Volubilis en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1997 no solo reconoció su valor histórico, sino que también ayudó a proteger y conservar el sitio para futuras generaciones. Hoy en día, Volubilis es un lugar donde podemos caminar entre ruinas, reflexionar sobre el paso del tiempo y maravillarnos ante el ingenio y la creatividad de los antiguos romanos.
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