​Folégandros, una mágica isla en el corazón de las Cícladas

Nos acercamos a un punto del planeta que nos atrae irremediablemente. Estamos en Grecia, tierra de dioses y leyendas, un lugar que nos invita a una travesía única llena de historia, sol brillante y aguas cristalinas. En este rincón del Egeo, entre islas que parecen dispersas por capricho divino, nos embarcamos en una aventura hacia la más pequeña, encantadora y desconocida de las Cícladas: Folégandros. 

Nuestra odisea comienza navegando entre islas. Nos maravillamos con la arquitectura blanca y azul que adorna las laderas de estos pequeños trocitos de tierra, un espectáculo visual fascinante. Y entre ellas, descubrimos Folégandros. 

La primera parada es Chora, la capital de Folégandros, una joya arquitectónica que nos transporta en el tiempo. Fundada por los venecianos en el siglo XII, Chora es un testimonio de la fusión de culturas que ha dejado una marca imborrable en sus callejones empedrados. Sus casas blancas, adornadas con flores coloridas, se alinean en perfecta armonía, creando un paisaje que parece sacado de un escenario mágico. La ciudad ofrece vistas panorámicas del mar Egeo, y nos regala atardeceres que pintan el cielo con tonalidades cálidas. 

Folégandros es tan pequeña que se puede explorar a pie en sólo unas pocas horas, una característica que añade encanto a su atmósfera tranquila. Mientras caminamos por las estrechas calles de sus coquetas poblaciones, nos encontramos con pintorescas tabernas donde el aroma de la cocina griega tradicional nos seduce, invitándonos a probar las variadas delicias locales. 

Livadi es el puerto principal de Folégandros y un lugar ideal para pasear y disfrutar de la vida marítima. Sus locales a orillas del mar ofrecen delicias frescas y la oportunidad de relajarse mientras observamos los barcos que entran y salen del puerto. Es un lugar ideal para saborear la auténtica cocina griega y disfrutar de la brisa marina. 

Aprovechamos nuestra visita a Livadi para degustar algunas de los platos de la gastronomía local, y no pasamos por alto la ‘matsata’, la pasta tradicional de la isla y una de las más deliciosas de Grecia. Se elabora a mano, de manera artesanal. La pasta, con forma de largos y anchos fideos, se cuece y se sirve acompañada de una variedad de salsas deliciosas, a menudo a base de tomate, carne de cordero o cabra, y especias locales. 

Seguimos nuestro paseo, porque, a pesar de su tamaño, Folégandros ofrece una gran riqueza de experiencias. Las playas, como Agali, con aguas cristalinas y arena dorada, son refugios escondidos que invitan al descanso. La isla también está salpicada de iglesias pintorescas, como la iglesia de Panagia, cuya arquitectura se funde con el entorno. 

Los amantes de la naturaleza también encontrarán en Folégandros rutas de senderismo que conducen a puntos panorámicos, revelando la majestuosidad de la isla desde lo alto. Lejos del bullicio turístico, esta isla conserva su autenticidad y belleza sencilla, ofreciendo una conexión única con la cultura y la vida griega. 

En nuestro viaje a través de Grecia, hemos descubierto en Folégandros, un refugio de paz repleto de encanto. Con su ambiente pintoresco, sus callejones que susurran historias antiguas y sus vistas de ensueño, esta pequeña isla se presenta como un tesoro escondido que espera ser descubierto por aquellos que buscan la auténtica magia de las Cícladas griegas.