​Amasra: un rincón pintoresco en la provincia de Bartin

Visitamos Turquía, un país que deslumbra a viajeros de todo el mundo con su rica historia, su cultura vibrante y su asombrosa diversidad geográfica. Una de las joyas ocultas de este país es la provincia de Bartin, ubicada en la costa occidental del mar Negro. Es un territorio que a menudo pasa desapercibido en los itinerarios turísticos convencionales, aunque cuenta con lugares realmente atractivos e interesantes, como el destino que ahora vamos a descubrir: la encantadora y pequeña ciudad de Amasra.  

Amasra es una joya costera turca, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido en un momento de eterna belleza y tranquilidad. Sus raíces se hunden en la antigüedad, ya que fue fundada por los griegos en el siglo VI a.C. Desde entonces, Amasra ha sido testigo de un desfile de civilizaciones que dejaron su marca en la ciudad. Los romanos, bizantinos y otomanos contribuyeron a su rica herencia cultural y arquitectónica. Las calles adoquinadas y estrechas nos transportan al pasado, rodeadas de casas tradicionales de madera y edificios antiguos que cuentan historias de épocas pasadas. 

Una de las maravillas más impresionantes de Amasra es su castillo, que se alza majestuosamente en el casco antiguo sobre una colina con vistas panorámicas al mar Negro. Este castillo, construido por los romanos y fortificado por los bizantinos y otomanos, nos sumerge en un viaje a través de los siglos. Las murallas bien conservadas y las torres ofrecen un vistazo a la estratégica importancia de Amasra a lo largo de la historia. Caminar por sus pasillos es como caminar en el tiempo, y las vistas desde la cima son simplemente espectaculares. 

El puerto de Amasra es el corazón de la ciudad, donde la vida se encuentra en constante ebullición en torno a las actividades pesqueras. Los barcos de pesca descargan sus capturas frescas, y los restaurantes a lo largo del paseo marítimo ofrecen platos de pescado y mariscos frescos que son una delicia para el paladar. Disfrutar de un almuerzo junto al mar mientras observamos la actividad en el puerto es una experiencia que no debemos perdernos. 

Las playas de esta población son otro punto destacado de la ciudad. Sus aguas cristalinas son el lugar perfecto para relajarse bajo el sol turco. Ya sea tumbados sobre las rocas, nadando o disfrutando de deportes acuáticos como el buceo y el esnórquel, estas playas nos ofrecen un paisaje idílico y una oportunidad de conectar con la naturaleza en su forma más pura. 

Seguimos paseando por Amasra para encontrarnos con el puente de Kemere, también conocido como el puente de Justiniano, una estructura histórica de la época bizantina y uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad. Ofrece una vista panorámica impresionante de la costa y el castillo. Es un lugar ideal para dar un paseo tranquilo y disfrutar de la brisa marina. 

Los amantes del jazz están de suerte si visitan Amasra durante el verano. La ciudad es conocida por su destacado Festival de Jazz, un evento anual atrae a músicos de renombre de todo el mundo y agrega una dosis extra de arte y cultura a este rincón de Turquía. La música fluye a través de las calles, creando un ambiente vibrante y lleno de energía. 

Nos ha encantado pasear por las calles de Amasra. La pequeña ciudad turca nos ha ofrecido un ambiente en el que la historia se fusiona con el cálido abrazo del mar. Es un destino que merece ser descubierto y que no defraudará a todos aquellos que buscan una experiencia de viaje auténtica y enriquecedora.