La isla de Menorca cuenta con 7 faros que durante años han guiado a los barcos que se aproximaban a uno de los rincones más bellos del Mediterráneo. Guías en la oscuridad, los faros son sinónimo de soledad, pero aun así, tienen un innegable encanto que los convierten en lugares de visita obligada, pues regalan una vista preciosa y una postal difícil de olvidar. Son imposibles de obviar en una visita que incluya una ruta a pie o en bicicleta por el Camí de Cavalls, o desde las aguas disfrutando de un paseo en kayak. Una experiencia disfrutable en cualquier época del año y que ofrece una perspectiva diferente de una isla como Menorca, que no deja de sorprender al viajero en ningún momento.
Estas son las señas de identidad de los siete faros:
1 – Faro de Cavalleria. Ubicado en el extremo más septentrional de la isla, cerca de Fornells, tiene 15 metros y fue construido en 1857. Es el segundo de menor altura, pero lo compensa al estar situado a un centenar de metros, sobre impresionantes acantilados que fueron testigos de más de 700 naufragios, según queda documentado, antes de su construcción. La planta baja alberga un interesante centro de interpretación vinculado a materias náuticas y medioambientales. Y también dispone de una cafetería, para un pequeño relax. Antes de acceder a él se encuentra agazapado el puerto natural de Sa Nitja, de la época romana, y la rojiza playa de Cavalleria.
2 – Faro de Favàritx. Al noreste de la isla, integrado en el Parque Natural de s’Albufera des Grau. Tiene 28 metros y fue construido entre 1917 y 1922. El más bello y salvaje, arropado por un cautivador paisaje casi lunar de piedra negra. Su seña de identidad es una banda negra en espiral. Junto a él están las bellas y salvajes cala Presili y Cala Tortuga. El más espectacular para ver el amanecer.
3 – Faro de Sant Carles. A la entrada del puerto de Maó. De 22 metros e inaugurado en 1852. El estar situado junto al Castillo de Sant Felip obstaculizaba un sector de tiro, por lo que fue demolido y substituido en 1912 por un gran farol móvil sujeto a un pescante metálico al borde del acantilado.
4 – Faro de la Illa de l’Aire. Al sureste, en un solitario islote ubicado frente a la zona residencial de Punta Prima. Construido entre 1857-60, durante años tuvo el honor de ser el faro más alto de Baleares, con sus 23 metros.
5 – Faro de Punta Nati. Al noroeste, tiene 19 metros y fue construido en 1913 sobre unos acantilados de 42 metros. La historia que lo envuelve explica que fue el gobierno francés el que presionó para su construcción tras el hundimiento del vapor Géneral Chanzy, en plena tormenta, con un único superviviente de las 157 personas que iban a bordo. Llama la atención su sobrecogedor paisaje de roca caliza, los muros de piedra seca y las barracas, construcciones de planta circular compuestas por la superposición de cuerpos, con una cámara interior y una falsa bóveda sellada con piedra. Lugar ideal para disfrutar de amaneceres y puestas de sol.
6 – Faro de Sa Farola. El más pequeño –apenas 13 metros– de la isla, da la bienvenida al puerto natural de Ciutadella. Construido entre 1861-63, su función es más de alumbramiento –de ahí su nombre– que de aviso de costa cercana. Fue uno de los primeros de las Baleares en inaugurar el sistema de alumbrado eléctrico, en 1918.
7 – Faro Cap d’Artrutx. Al sudoeste de la isla, tiene 34 metros y fue construido en 1858. Orientado hacia Mallorca, se caracteriza externamente por sus franjas horizontales negras sobre fondo blanco y su altura actual la alcanzó en 1960, cuando se duplicaron sus 17 metros originales. Al disponer en su base de un restaurante con terraza y vistas al mar es lugar de peregrinaje vespertino, para admirar relajadamente las más espectaculares puestas de sol de Menorca, con el sol acunándose por el horizonte mediterráneo y dejando luego el cielo teñido de su rojiza estela.
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