Si el viajero de la España fascinante viaja hasta Badajoz, debiera de incorporar en su programa por la zona centro de la ciudad, una visita a la Plaza de San Francisco, que cuenta con el paseo más relevante de la capital. En el lugar en el que se encontraba el convento de la orden religiosa franciscana, que fuera fundado en año 1337, que, posteriormente, tras la desamortización de Mendizábal, albergaría a la orden de los jesuitas, en el que más tarde, se edificarían unas instalaciones militares con el Regimiento de Infantería “Castilla” y el “Gravelinas”, en el siglo XIX, destruidas más tarde para dar paso a la Delegación de Hacienda...
En la imagen: Entrada de Cortés en México
Un lugar que en el correr del tiempo, allá por 1927, marcó un hito de gran belleza con una serie de ocho bancos en los que destacan unos coloridos paneles o mosaicos, en azulejos vidriados, de corte y aire regionalista, muy original, por cierto, con una serie de sugestivas escenas que conforman un tributo de homenaje al Descubrimiento de América, en el que fueron muchos y muy destacados los nombres de extremeños que se enrolaron en aquellas expediciones al nuevo mundo.
Una idea de manifiesto interés, que, por esas circunstancias de la vida, parecen quedar relegadas en el paso del tiempo. Pero que, sin embargo, dejan una constancia permanente de esa heroica y legendaria gesta y hazaña protagonizada por los expedicionarios españoles en las Américas, y que se alza en el citado parque.
En la imagen: Francisco Pizarro en la isla del Gallo marca la división en el suelo
Un parque que dibuja uno de los escenarios más atractivos de la ciudad: Entre elegantes farolas fernandinas, de 1832, que se corresponden con el escudo de armas del rey Fernando VII, un templete o quiosco de música, de 1894, en arquitectura de hierro, propio de la época, jardines con sugestivas palmeras, fuentes, quiosco de prensa, quiosco de bebidas, un estanque, una frecuencia de viandantes, artísticos y llamativos bancos, de gran belleza, y con una señalada referencia, a través de su identidad con el relieve y dimensión de la conquista de América, a través de una serie de cuadros con el protagonismo de nombres y apellidos de personajes extremeños allende los mares en aquellos tiempos.
En la imagen: La batalla de Otumba
Bancos de ladrillos decorados con cerámica de la localidad pacense de Barcarrota, preciosamente dibujadas, y que muestran una serie de ocho estampas con los siguientes títulos: “Entrada de Cortés en México”, “La batalla de Otumba”, “Francisco Pizarro en la isla del Gallo marca la divisoria en el suelo”, “Francisco de Orellana en el río de las Amazonas”, “Muerte de Pizarro”, “Toma de posesión por Vasco Núñez de Balboa, de tierra firme”, “Los Conquistadores oran en acción de gracias ante la Virgen de Guadalupe” y el titulado “Doña Mencía de los Nidos”.
En la imagen: Muerte de Pizarro
Valientes conquistadores, arriesgados aventureros, esforzados luchadores, heroínas, como es el caso de la cacereña Mencía de los Nidos, cuyo nombre se acaba de incorporar al callejero de la ciudad hace escasos meses.
Una estampa, la de los ocho bancos relativos al Descubrimiento con el protagonismo especial de esos extremeños que un día lejano osaron ni más ni menos que lanzarse a la aventura de los mares y al azar del destino en aquellas tierras de las Indias, en ese lugar emblemático de Badajoz, donde se aprecian escudos, espadas, indios aztecas, soldados, caballos, barcos, jinetes, cascos, estandartes, mosquetes, hachas, barriles, plumas, armaduras, batallas, capas, frailes y esa imagen de devoción que emana, siempre, de la Virgen de Guadalupe, Patrona de Extremadura.
En la imagen: Doña Mencía de los Nidos
Curiosamente los azulejos se acompañan, a izquierda y derecha, respectivamente, de un pequeño texto explicativo sobre cada una de las ocho estampas, con referencia extremeñista, acerca del Descubrimiento, obra de Alberto González Rodríguez, cronista oficial de Badajoz.
Asimismo es de señalar de que Antonio Blanco Lon, pintor e ilustrador, que durante un tiempo estuvo en Badajoz, fue el autor del diseño y la pintura de los ocho antiguos cartones murales iniciales, y que, tras su derribo y desaparición del escenario urbano en los años sesenta, lucen y brillan, afortunadamente, de nuevo, desde 1999, con obras del artista pacense Estanislao García Olivares y del pintor José Antonio García, que se recrean con unos textos orientativos de Alberto González Rodríguez, cronista oficial.
En la imagen: Francisco de Orellana en el río de las Amazonas
Como ejemplo dejemos constancia de uno de los textos, como es el de la entrada de Hernán Cortés en México, en el que se lee: “Ha desembarcado en una tierra ignota. Son 663 soldados, 16 jinetes y diez cañones. Su jefe es un extremeño de Medellín llamado Hernán Cortés. El 25 de marzo de 1519 se enfrenta a 40.000 indios que atemorizados por los caballos y los mosquetes son derrotados por completo. Tras quemar las naves en que llegaron para obligarse a no retroceder, el capitán exclama ¡Adelante! Ha comenzado una de las mayores hazañas de la historia. La conquista del inmenso imperio de México por un puñado de heroicos españoles”.
Unos mosaicos que bien merecen la pena una nueva Ruta Turística por Badajoz…
AGRADECIMIENTO: A Juan Antonio Narro, autor de las imágenes y del blog “Narrogeographic”
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