Son muchas las personas que no solo buscan llegar a su destino, sino que quieren encontrar en su viaje una desconexión de la realidad que les rodea, propiciado por la pandemia y la alta subida de los precios de consumo. El Camino de Santiago es el destino principal para que los usuarios practiquen el Slow Travel, un movimiento turístico creciente que tiene de base el viaje consciente, apoyado por las diferentes Rutas que pasan por núcleos rurales, naturaleza y tranquilidad.
Ya son más de 1.500 peregrinos al día que llegan a Santiago de Compostela en este año Jacobeo. Solo en el último trimestre, caminos rurales como el Primitivo, el del Norte y Vía de la Plata crecieron en número de peregrinos, según las cifras oficiales de la Oficina del Peregrino. La espiritualidad del Camino se fusiona con el componente local y la necesidad de la persona de vivir nuevas experiencias, acompañados y viajar sin estrés. Una de las motivaciones principales para viajar que categoriza la Organización Mundial del Turismo (OMT).
No obstante, numerosos peregrinos, tanto nacionales como internacionales, repiten cada año el Camino de Santiago. El itinerario más conocido es el Camino Francés, y resulta ser el más concurrido durante todo el año, seguido del portugués. Por ello, a la hora de volver a caminar, deciden elegir otra Ruta Jacobea que les proporcione un viaje más autóctono, en conexión con la naturaleza y el poco tránsito.
Un valor fundamental que propone Galicia es la posibilidad de un turismo diferente. Existen empresas que conocen esta necesidad del consumidor y ofrecen diferentes paquetes turísticos personalizados del Camino de Santiago, donde priman las experiencias de disfrutar tranquilamente del viaje, observar la naturaleza, disfrutar los platos típicos y caminar distancias cortas, ya sea a pie, en bicicleta o a Caballo, para disfrutar más de lo que le ofrece la comunidad gallega.
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