Nos acercamos a uno de los lugares del mundo en los que más se practica el budismo. Estamos en Luang Prabang, la antigua capital de Laos. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conocida como la Ciudad de Oro, está bañada por el Mekong, un río que discurre a lo largo de más de cuatro mil kilómetros por el Sudeste Asiático, desde sus fuentes del Tibet hasta su delta en Vietnam. También hace acto de presencia en la ciudad el río Nam Khan, en el que podemos encontrar un curioso puente de bambú, una estructura de aspecto frágil que se destruye y vuelve a ser construida todos los años. Esto es debido a que en la época de lluvias las aguas arrasan con el puente y la ciudad se ve obligada a construirlo nuevamente.
Luang Prabang es actualmente es la capital religiosa, cultural y turística del país. El ambiente de tranquilidad que se respira en las calles de esta ciudad no está reñido con la gran cantidad de actividades que nos invita a realizar. Los numerosos templos budistas se alternan con edificios y construcciones coloniales que nos hablan de la presencia de los franceses en este punto del planeta.
Toda la ciudad está organizada como una sucesión de barrios levantados alrededor de un templo o monasterio. De entre todos esos templos que alfombran la ciudad, quizás el más espectacular y apreciado es nuestro protagonista: Wat Xieng Thong.
Construido en el siglo XVI, es un perfecto ejemplo de recinto monacal que se levanta en el centro histórico de Luang Prabang con una buena cantidad de elementos destacados: capilla, biblioteca con textos sagrados, estupas con antiguas reliquias… Posee un bello tejado escalonado y en el interior del edificio se encuentra un hermoso mosaico en forma de árbol que simboliza la leyenda de los orígenes y construcción de este espacio religioso.
En sus orígenes, el templo de Wat Xieng Thong fue utilizado como templo real. Era el lugar en el que se coronaba a los reyes de Laos. Sin embargo, tras la caída de la monarquía en el siglo pasado, el monasterio budista ha perdido su carácter real.
Para realizar una visita al templo, es imprescindible cuidar nuestra indumentaria y evitar faldas o pantalones cortos, aunque, si nos olvidamos de esta norma, siempre podemos alquilar alguna falda larga de estilo laosiano antes de entrar.
Después de disfrutar de una visita a Wat Xieng Thong y antes de abandonar la ciudad, no podemos perdernos un pequeño paraíso que se encuentra a escasos kilómetros de Luang Prabang. Se trata de las cascadas de Kuang Si, un paraje de una belleza impresionante en el que podemos refrescarnos con un buen baño y hacer pequeñas escaladas por sus rocas. El lugar es ideal para pasar el día completo disfrutando de un fascinante entorno natural.
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