El turismo y España son dos conceptos que hasta ahora han formado un tándem invencible. La aportación de este sector al Producto Interior Bruto (PIB) será de 77.200 millones de euros en 2021, según previsiones de la CEOE; no obstante, en 2019 el turismo suponía el 12,4% del PIB, una cifra que podría volver a registrarse en un entorno postpandemia.
Además, la innovación también es una de las armas con las que cuenta el turismo español: 22 de las 100 mejores startups turísticas del mundo son de nuestro país. De hecho, según el Top 100 Startups &Innovators de la Organización Mundial del Turismo (OMT), España es el país que más startups tiene en ese listado, seguido por Israel con ocho empresas y por Estados Unidos con seis.
Sin embargo y a pesar de la recuperación incipiente, el riesgo de que España pierda la sede de la OMT ante la fundada pretensión que persigue Arabia Saudí resulta real y cada vez más preocupante. El sectors e muestra preocupado y se ha reactivado para no perder la batalla frente al gigante árabe. Por su parte, el Gobierno se ha lanzado a una batalla diplomática, entablando conversaciones bilaterales, haciendo llamamientos a Bruselas y haciendo todo lo posible para entablar conversaciones con la organización.
“Aunque parece que no hay solicitudes en firme para este traslado, y que todo se reduce a una campaña diplomática del gobierno de Arabia Saudí, la reacción de España ha sido contundente para tratar de mantener la que actualmente es la única agencia de la ONU ubicada en nuestro país. Esa movilización de máximo nivel, con varios ministros e incluso el propio presidente del Gobierno español, evidencia dos cosas: por un lado, la importancia estratégica del emplazamiento de la sede de la OMT; y por otro, la creciente influencia económica, política y comercial de determinados países del Golfo y Oriente Medio en el contexto global”, explica Alberto Peris, director ejecutivo y socio fundador de CESAE Business &TourismSchool.
En el horizonte se vislumbra ya la vigesimocuarta Asamblea General de la OMT, prevista para finales de otoño en Marrakech (Marruecos) y que inclinará la balanza de esta cruzada entre Madrid y Riad.“No en vano, Europa cuenta con tres de los cinco países líderes en materia turística a nivel mundial (Francia, Italia y España), por lo que perder esta guerra frente a Riad sería un fracaso diplomático, político y económico sin paliativos, así como un varapalo reputacional para la Marca España difícil de justificar”, apunta Alberto Peris.
Arabia Saudí ve en el turismo una de las tablas de salvación que podrían ayudarle a diversificar su economía más allá del petróleo. Por esto, Riad quiere llevarse la sede de la OMT a su territorio como parte de la estrategia de apertura al turismo que inició antes de la pandemia y que incluso le ha llevado a fichar como asesora a Gloria Guevara, la ex presidenta de la WorldTourismTravel Council. “Se trata de un adversario difícil para Españapor su fortaleza económica, así como por la ambigua postura que maneja el actual presidente la OMT, partidario de realizar el cambio”, afirma el socio fundador desde CESAE Business &School. “Sin embargo, hay que tener en cuenta que España posee solvencia turística española, siendo el segundo país más visitado del mundo y siendo líder mundial en competitividad”.
Las consecuencias para España en el caso de que la sede de la OMT dejara Madrid serían gravísimas e implicarían un claro deterioro de la imagen del país como líder del turismo mundial. “Efectivamente, la pretensión de Arabia Saudí lo que hace es recordarnos que el liderazgo del turismo internacional está permanentemente en disputa, con competidores consolidados y otros emergentes que habrá que tener muy en cuenta. El parón de la actividad causado por la pandemia ha quedado atrás, y ahora la propia reactivación nos sitúa ante este escenario complejo y cambiante en el que nuestros responsables políticos van a tener que multiplicar sus esfuerzos”, mantiene Alberto Peris.
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