Agazapada en una de las más majestuosas bahías del mundo, este referente de la Costa Brava es el lugar ideal para una escapada en familia, en pareja o con amigos.
Fortalezas monumentales como la Ciudadela o el Castillo de la Trinitat, huellas del pasado como el Castrum visigótico o la ruta megalítica, parques naturales como el de Cap de Creus o los Aiguamolls de l’Empordà, 16 playas y calas, festivales musicales como Sons del Món, una gastronomía en la que reina un tradicional guiso marinero –el ‘suquet de peix’– con el maridaje perfecto de una Ruta del Vino (DO Empordà)… Roses da la bienvenida a 2021 con una docena de tentaciones que cautivarán al viajero en cualquier época del nuevo año.
La Ciudadela. La mejor bienvenida al visitante es este museo al aire libre construido en el siglo XVI, que alberga 25 siglos de historia; con huellas arqueológicas de grandes civilizaciones, como la griega y la romana, o un monasterio de la Edad Media.
El Castillo de la Trinitat. A la salida norte se alza este fortín de artillería del siglo XVI que protege Roses y su bahía. Una obra de arte de la ingeniería militar en forma de estrella de cinco puntas, con una innovadora museización virtual y espectacular terraza panorámica.
El Castrum visigótico. Ubicado en la cima del Puig Rom, a 230 m sobre el nivel del mar y sobre Roses, era un poblado fortificado erigido en el siglo VII d.C. De forma ovalada, muestra la existencia de calles y casas adosadas a su singular muralla, de doble pared.
Tres Rutas Megalíticas. Dólmenes, menhires, cistas e insculturas configuran un apasionante viaje en el tiempo, a 3.000 años a.C¬., a través de tres itinerarios con códigos QR para interpretarlos. Destaca en ellos el Dolmen de la Creu d’en Cobertella, el más grande de Cataluña, con 7 inmensos bloques de piedra verticales y una losa de cubierta.
El Puerto Pesquero y la Lonja. Visitas guiadas los viernes tarde permiten conocer la apasionante historia de este puerto, los detalles de la actividad pesquera y cómo es la subasta en la Lonja. Roses también tiene un puerto deportivo y es escala de cruceros.
Tres Caminos de Ronda. Pasear bordeando el Mediterráneo por la serpenteante Costa Brava es otro de los atractivos rosenses. 17 kilómetros senderistas –de Roses a Cadaqués– por los caminos que antiguamente utilizaban los turnos de guardia que vigilaban la costa.
Turismo activo. Mar y montaña convierten a Roses y sus alrededores en destino ideal para la práctica de variadas actividades deportivas, tanto náuticas (kayak, vela, snorkel, submarinismo, windsurf) como terrestres (cicloturismo, BTT, senderismo).
Dos Parques Naturales. El Parc Natural del Cap de Creus, a solo 6 kms al norte del centro de Roses, está dividido en tres parajes terrestres y una reserva marítima, con un faro inmortalizado por Hollywood hace medio siglo en el filme ‘La luz del fin del mundo’. Y 24 kms antes de llegar a Roses, los Aiguamolls de l’Empordà son uno de los espacios naturales catalanes con más especies animales, entre ellas unas 300 de aves.
Una majestuosa bahía y 16 calas y playas. Con cerca sus 60 kms de costa, la bahía de Roses está integrada desde 2012 en el selecto Club de Bahías Más Bellas del Mundo (solo unas cuarenta). Roses presume también de 9 playas y 7 calas para todos los gustos, desde largas y urbanas hasta las solitarias y recónditas del Parc Natural del Cap de Creus.
El Festival Sons del Món. Roses acoge cada verano en su Ciudadela parte de este festival veraniego (julio y agosto) que este año llegará a su 14ª edición y que combina conciertos de grandes artistas con degustaciones previas. Un maridaje perfecto entre música y vino que incluye ‘Vi&Music, conciertos más íntimos en bodegas empordanesas. Otras citas artísticas son Musica D’Nits (Agosto) –en la Ciudadela y el Castillo de la Trinitat– y el Festivalet Posta de Sol (noviembre).
La Ruta del Vino DO Empordà. Roses es un excelente punto de partida para que los amantes del enoturismo puedan disfrutar visitando alguna de las 24 bodegas y cuatro museos integrados en esta Ruta. Además, en verano, hay visitas con cata a viñedos de dos lugares emblemáticos rosenses: Mas d’en Coll y Mas Marès.
El Suquet de Peix. Es el santo y seña de la gastronomía rosense. Un antiguo guiso de pescadores puesto en valor con unas jornadas culinarias (octubre). Otras citas gastronómicas son la Ruta de Tapas y Vino DO Empordà (marzo) y ‘1.000 roses a Rosas’ (mayo).
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