Las caprichosas formas rocosas de Ponta da Piedade

Nos acercamos a Portugal, un destino siempre interesante. Visitamos Lagos, una bella ciudad histórica de tradición marinera que se encuentra en el Algarve Occidental. La localidad tiene un marcado carácter turístico, porque también disfruta de bonitas playas y alegre actividad nocturna. Nos hemos acercado hasta esta zona del sur del país luso porque es uno de los mejores puntos de partida para descubrir el destino que queremos explorar.

Desde Lagos, dirigimos nuestros pasos hacia el sur para acercarnos hasta el cabo de Ponta da Piedade, lugar de nombre evocador repleto de formaciones geológicas espectaculares: elevados acantilados, cuevas escondidas, pequeñas calas, arcos de roca con formas caprichosas…

Estamos en una de las joyas más naturales más importantes y apreciadas del Algarve y en un lugar que nos promete emociones y aventuras que van más allá de broncearnos en una playa al sol. A las impresionantes formaciones rocosas de Ponta da Piedade podemos llegar caminando, subiendo y bajando escaleras o desde el mar –en esta última opción se parte en barco desde el pequeño puerto de Lagos-. Una vez allí, este espacio natural nos invita a practicar numerosas actividades: kayak, surf, buceo…

Subir hasta la cima de alguno de los acantilados –muchos alcanzan los 20 metros de altura- nos ofrece una panorámica espectacular del océano y del bellísimo entorno. No nos faltarán motivos para utilizar la cámara de nuestro móvil. Además, cabe destacar que los amaneceres y atardeceres son fascinantes en este punto del planeta.

En Ponta da Piedade los impresionantes monumentos naturales de roca están envueltos por aguas cristalinas de tonos turquesa. Sin embargo, si nos apetece un buen baño es mejor que nos acerquemos a cualquiera de las dos playas que nos ofrece el lugar: la de Camilo y la de Doña Ana, espacios de arena blanca y aspecto de pequeño paraíso.

No olvidemos que estamos en Portugal y sería imperdonable no reponer fuerzas disfrutando de la buena gastronomía del país, y más específicamente de la zona del Algarve. La cataplana es uno de los platos más tradicionales por aquí. Se trata de una rica receta caldosa que combina verduras con productos del mar –pescados y mariscos-. También el bacalao, cocinado de diferentes maneras, es otro de los elementos que está presente en muchas de las mesas portuguesas. Sin duda, descubrir la tradición gastronómica de los lugares que visitamos es otro de los grandes alicientes que nos proporciona el placer de viajar.