Estamos en Tailandia, el país de la eterna sonrisa, un punto del planeta que en la pasada primavera celebraba la entrada en el nuevo año, concretamente en el 2563. Esto es así porque se rigen por el calendario solar tailandés, cuyo inicio se sitúa en el momento del nacimiento de Buda.
Nos encontramos a algo más de 400 kilómetros de distancia al norte de Bangkok, la capital de Tailandia. Nos espera un mítico destino de gran belleza y repleto de historia apasionante. Paseamos por Sukhothai, nombre que literalmente significa ‘amanecer de la felicidad’. Con datos como éste, no cabe duda de que la aventura por esta ciudad asiática nos promete grandes emociones.
Sukhothai es una pequeña ciudad fundada en el siglo XIII que guarda impresionantes tesoros arqueológicos. Fue el primer reino tailandés independiente y capital de la antigua Siam. Vivió un gran período de esplendor bajo el mandato del rey Ramkhamhaeng, monarca al que se le atribuye la creación del alfabeto tailandés.
La ciudad cuenta con magníficos templos y monumentos, pero el punto de mayor interés se encuentra a unos 10 kilómetros de esta urbe. Hablamos del Parque Histórico de Sukhothai, un recinto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que contiene una buena cantidad de antiguos santuarios construidos entre los siglos XIII al XIV y que se encuentran repartidos tanto dentro como fuera del espacio amurallado.
Es apasionante recorrer estas construcciones históricas envueltos por el ambiente mágico del lugar. Además, cuando llega la noche se iluminan las imágenes de Buda logrando impresiones increíbles que ofrecen sensación de paz y placidez.
Ubicado en el corazón del parque se encuentra el templo más grande y relevante del lugar: Wat Mahathat, un santuario coronado por una gran imagen de Buda y uno de los más antiguos del país.
Precisamente, en este imponente templo se encuentra la famosa cabeza de piedra de Buda entre las raíces de un inmenso árbol, una imagen peculiar que por su singularidad se ha convertido en una de las grandes atracciones del parque. Todos aquellos que se acercan a visitarla han de mostrar su respeto arrodillándose ante el sonriente rostro.
Sukhothai es un punto de obligada visita si nos encontramos en Tailandia. El lugar reúne tanta belleza y tal cantidad de joyas arqueológicas que habremos de animarnos a recorrerlo utilizando algún medio de transporte. Descubrirlo en una bicicleta es una magnífica opción, una emocionante aventura sobre dos ruedas que guardaremos siempre en nuestra memoria.
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