Nos gusta pensar que el amor está en el aire, como tantas veces nos ha cantado John Paul John, o que siempre está en todas partes, como entonan los escoceses Wet Wet Wet. Estas ideas nos parecen más inspiradoras que pensar en fechas concretas o en un puñado de sitios, pero es innegable que existen muchos lugares en el mundo que están literalmente tomados por el amor. Algunos de ellos concentran tal cantidad de romanticismo que podrían acabar cediendo por el peso.
París, Verona, Tartu, San Diego o Venecia son algunas de las muchas ciudades del planeta que guardan rincones o monumentos que evocan al amor, lugares atractivos tanto si viajamos en pareja como si lo hacemos en otras circunstancias.
París. Puente de los Enamorados y puente de las Artes
De todos los puentes que recorren el Sena el más romántico es el puente Marie, conocido popularmente como el puente de los Enamorados. Cuenta la tradición que con cada beso dado en este lugar se ha de pedir un deseo.
Otro puente en el que las parejas dejan constancia de su amor es el de las Artes. Allí la costumbre ha consistido durante mucho tiempo en colocar un candado para dejar un testimonio de sus sentimientos. Pero son tantos los enamorados que se han jurado aquí lazos eternos que ha llegado a peligrar la estructura del puente, por lo que el Ayuntamiento de París tomó la decisión de retirar todos los candados y prohibir esta romántica costumbre.
Tartu. El beso de los estudiantes
Esta ciudad del sureste de Estonia posee un animado ambiente universitario y un bello centro histórico. Uno de los puntos más destacados es la plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra un precioso edificio del siglo XVIII que acoge las oficinas del gobierno municipal.
Frente al Ayuntamiento, en el centro de la plaza, nos encontramos con una fuente representando a dos estudiantes que se demuestran su amor con un beso. Esta bonita imagen se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad y, por supuesto, en un indiscutible emblema romántico.
Venecia. Puente de los Suspiros
Este es uno de los lugares más románticos de la ciudad italiana. Según marca la tradición, los enamorados que pasean sobre una góndola por los canales venecianos sellan su amor con un beso cuando pasan bajo este histórico puente.
Paradójicamente, el puente se construyó con la finalidad de unir el Palacio Ducal con los calabozos de la antigua prisión, haciendo más corto y fácil el traslado de los prisioneros. Es por ello que los suspiros de este puente no tienen su origen en el amor, sino en los lamentos que emitían los reclusos sabedores de que terminaban sus días de libertad.
Verona. Casa de Julieta y pasillo de los post-it románticos
El gran símbolo de ‘Romeo y Julieta’, la inmortal obra de Shakespeare, se encuentra en un palacio de Verona del siglo XII conocido como la Casa de Julieta. Se trata de un balcón que fue creado en la fachada del edificio en el siglo pasado con el único fin de alimentar la romántica leyenda. A los pies del palacio podemos ver la estatua de bronce que representa a Julieta. Sobre ella se cuenta que si tocamos su pecho derecho volveremos a Verona, nos sonreirá la suerte o conseguiremos el amor. Multitud de personas se acercan todos los días hasta la imagen deseosas de alcanzar el seno de la suerte.
La atmósfera romántica que sobrevuela este lugar también se materializa en otro punto del palacio, concretamente en los pasillos por los que accedemos a la casa. Las paredes de estos corredores se encuentran totalmente alfombradas de tarjetas y notas adhesivas con mensajes de amor dejadas por aquellos que visitan la morada de Julieta. Tantos son los mensajes que el ayuntamiento de la ciudad ha de retirarlos varias veces al año.
San Diego. Estatua del beso
Seguro que todos recordamos la icónica fotografía de Alfred Eisenstaedt en la que una enfermera y un marinero celebran el final de la Segunda Guerra Mundial con un apasionado beso en las calles de Nueva York. Esa misma imagen ha tomado la forma de imponente escultura de bronce y se encuentra en el embarcadero de la ciudad californiana de San Diego.
El impactante beso tiene una altura de casi 8 metros y se ha convertido en un romántico lugar de peregrinación para muchas parejas enamoradas.
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