Parece increíble que en un espacio de tierra tan pequeño hayan sucedido tantas cosas. La historia del lugar que ahora visitamos está repleta de acontecimientos históricos y muchos pueblos son los que se han disputado este punto estratégico de Grecia.
Nos encontramos en el noreste de la bella isla de Creta. Aquí, junto a la localidad de Elounda en el golfo de Mirambello, está nuestro destino, una pequeña isla deshabitada rodeada por las bellas aguas del Mediterráneo. Hablamos de Spinalonga, nombre que, al parecer, se remonta al período veneciano y significa ‘espina larga’.
Esta isla griega es todo un símbolo para los cretenses, algo que entendemos rápidamente cuando descubrimos los detalles y sucesos históricos que se han producido en este territorio. En época minoica, cuando la isla era una pequeña península unida a Creta, Spinalonga era utilizada para proteger la bahía de las incursiones enemigas, especialmente de las invasiones piratas. Ya en el siglo XVI, coincidiendo con el dominio veneciano, se construyó una gran fortaleza, que hoy en día permanece en buen estado, y este territorio rocoso fue separado de la costa para mejorar la defensa ante los posibles ataques turcos.
El objetivo defensivo de Spinalonga fue diluyéndose con el tiempo hasta dejar de ser necesario, por lo que recién iniciado el siglo XX las autoridades de la época vieron en este lugar aislado una ubicación apropiada para recluir a personas afectadas por la lepra. Convirtieron Spinalonga en un espacio de marginación y exclusión para estos enfermos, situación que se prolongó cerca de 50 años, concretamente hasta que se encontraron tratamientos adecuados para esta enfermedad y el aislamiento dejó de tener sentido. Fueron muchas las familias separadas y muy dolorosas y conmovedoras las circunstancias que aquí se produjeron durante ese período.
Por suerte, Spinalonga es actualmente un bello territorio protegido que invita a un paseo histórico por los sucesos de su pasado. La isla se encuentra a escasa distancia de la costa de Agios Nikolaos y de Elounda, lugares desde los que salen pequeños barcos que nos acercan hasta el histórico trozo de tierra.
La belleza natural de su entorno y las increíbles aguas que la rodean hacen de Spinalonga un lugar inolvidable y muy buscado por los aficionados al buceo.
Recorrer paseando la isla y descubrir la gran fortaleza veneciana es una bonita experiencia. Además, nos emocionará saber que pisamos el mismo islote rocoso del que, según cuenta la leyenda, salieron las piedras utilizadas para crear el trono que se encuentra en el palacio de Cnosos, el conocido como ‘palacio del minotauro’.
Es importante recordar que Spinalonga es una isla deshabitada, por ese motivo no encontraremos ningún alojamiento para pasar la noche. Nuestra visita tiene una duración limitada a un día o a unas cuantas horas. Sin embargo, siempre podemos repetir y volver nuevamente a este especial rincón de Grecia.
Viajes y Lugares
Escribe tu comentario