A Coruña es una ciudad costera acogedora y amable, con un potencial turístico inmenso tanto por su arquitectura como por su oferta cultural o sus ferias gastronómicas, pero hoy queremos centrarnos en sus espacios abiertos, ideales para desconectar dando un paseo al aire libre mientras nos dejamos acompañar por la brisa del mar, edificios modernistas y olmos centenarios. Ponte un calzado cómodo y respira hondo: comienza nuestro recorrido.
Jardines de Méndez Núñez
Una de las zonas verdes con más encanto de A Coruña, perfecta para dar un agradable paseo a la sombra de sus árboles o para sentarse en uno de sus bancos y leer con tranquilidad. Reciben el nombre por el marino gallego Casto Méndez Núñez y, fueron construidos sobre el terreno ganado al mar, el Ensanche, en el siglo XIX. En ellos nos encontraremos también edificios modernistas, como el Quiosco Alfonso o La Terraza, junto con monumentos a Emilia Pardo Bazán o a Curros Enríquez, este último situado frente al popular Casino Atlántico, un espacio que abrió sus puertas en 1987, pero que recientemente remodeló sus espacios para incorporar nuevas propuestas gastronómicas y las últimas tendencias procedentes del mercado del entretenimiento digital.
Paseo Marítimo
Uno de los mayores paseos marítimos del mundo, sus más de 12 kilómetros de longitud bordean pequeñas calas, acantilados y playas como el Orzán y Riazor. Además, nos abre a zonas más alejadas del centro, como el Parque Escultórico de la Torre de Hércules, que también ofrece unas vistas de leyenda sobre el océano. No pierdas de vista los esmaltes de las farolas, obra de la premiada artista Julia Ares, dedicados en esta zona a distintas facetas de uno de los faros romanos más antiguos del mundo y que forma parte de la Ruta de los Faros de Galicia. Los aficionados al arte encontrarán también una visita imprescindible en el tramo que transcurre frente a la Escuela de Bellas Artes, donde estudió un joven Picasso, y cuyo paso por la ciudad se recuerda en numerosas calles y plazas.
Jardín de San Carlos
Lo primero que llama la atención al penetrar en las murallas del Jardín de San Carlos es la tumba que acoge los restos de Sir John Moore, militar británico que falleció en la Batalla de Elviña, en 1809, en el enfrentamiento entre ingleses y franceses. Los jardines, inaugurados en 1834, ocupan el espacio de un antiguo baluarte donde se guardaba la pólvora que las defensas de la ciudad requerían. Dos olmos centenarios acompañan a Moore como parte de un exquisito jardín romántico, que también se ofrece al visitante como un mirador desde el que contemplar el puerto y parte de la costa de A Coruña.
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