Cuervos y garzas: castillos del país del sol naciente

Antes de iniciar nuestro camino para conocer tres de los más destacados castillos de Japón, resulta conveniente aclarar el motivo que nos lleva a incluir en el título a cuervos y garzas. Estas aves se encuentran ahí porque en el país asiático se suele apodar como castillo cuervo o castillo garza blanca a algunas de sus construcciones defensivas en función del color que presenta su exterior.

Nuestro paseo nos lleva en esta ocasión hasta dos castillos negros: Okayama y Matsumoto. También vamos a visitar un bonito castillo blanco: la fortaleza Himeji. Los tres exhiben tanta belleza que se nos antojan más cercanos a hermosos monumentos que a construcciones defensivas.

Castillo de Okayama

El Castillo Cuervo de la ciudad de Okayama fue durante mucho tiempo la residencia de una poderosa familia que controlaba este punto del país. Esta magnífica y negra construcción data del siglo XVI, aunque tuvo que ser reconstruida como consecuencia del azote sufrido durante la Segunda Guerra Mundial. El interior del castillo alberga algunas exposiciones y el Museo de la Ciudad. 

El entorno de esta fortaleza de seis alturas invita a un paseo muy agradable, especialmente a comienzos de la primavera, en plena temporada de los cerezos en flor. Además, se encuentra junto a Korakuen, uno de los jardines más bellos de Japón. El paso del río Asahi hace las veces de estético foso del castillo y permite algún que otro plácido paseo en barca.

Castillo Matsumoto

Es el momento de visitar nuestro segundo Castillo Cuervo. En esta ocasión nos acercamos a la espectacular fortaleza negra de la ciudad de Matsumoto, en la región de Nagano. Estamos en el gran símbolo de esta población y en uno de los grandes tesoros del patrimonio histórico del país nipón.

Posee seis alturas que alcanzan los 30 metros y un bello estilo de pagoda. Construido en el siglo XVI, es uno de los castillos más antiguos de Japón. La presencia de líneas blancas jugando con el azabache de su exterior otorga al castillo una elegancia que impacta.

Un puente de color rojo nos ayuda a salvar el foso y acceder a su interior. Allí nos esperan unos empinados escalones que hemos de transitar si queremos visitar las diferentes estancias de la fortaleza, en las que, entre otros detalles históricos, encontramos armas y armaduras antiguas. 

Castillo de Himeji

Ponemos la guinda a este recorrido por tres de las más significativas fortalezas japonesas visitando el Castillo Garza Blanca de la ciudad de Himeji, en la región de Kansai. Estamos en una estructura medieval muy bien conservada que se ha ganado la declaración de Patrimonio de la Humanidad y de Tesoro Nacional de Japón.

Su aspecto inmaculado se debe al yeso con el que se cubrieron todas sus paredes. El recinto que acoge al castillo cuenta con más de cien cerezos que en primavera ofrecen un espectáculo fascinante. Sin embargo, su interior no ofrece grandes muestras ni detalles, aunque, como sucede con sus homólogos negros, también dispone de escalones que pondrán a prueba nuestra forma física.

Este edificio, uno de los más visitados del país, se remonta al siglo XIV, aunque doscientos años más tarde fue sometido a una gran reforma y ampliación.

Revista Viajes y Lugares