¿Viajar a Ibiza en enero? Sí, tienes que hacerlo, ¿por qué? Porque el invierno es la época del año en la que mejor vas a apreciar todos los encantos que esconde la isla blanca y porque es la mejor época para relajarse. Según el periódico The Guardian, la isla pitiusa es una de los 25 lugares del mundo ideales para reiniciar tu vida o para resetear y pasar unas vacaciones que te harán sentir como si empezases de nuevo. Te proponemos cinco planes para que practiques el slow life en enero:
Perderse por Dalt Vila
Lejos del bullicio de las grandes discotecas, de las aguas cristalinas de sus playas paradisíacas de fina arena y del tumulto que reina en sus calles en la época estival, se encuentra la Ibiza perfecta para los que aman la soledad y tranquilidad de los pueblos pesqueros mediterráneos. En esta época del año podrás perderte por las calles empedradas del casco antiguo de Ibiza, rodeado por la fortaleza de Dalt Vila, disfrutar del silencio, hacer fotos a sus fachadas blancas con puertas azules sin que nadie te estropee la instantánea, y sentarte en una de las terrazas de la Plaza de la Vila sin agobios.
Fotografiar el fenómeno natural del invierno
Desde finales de enero hasta febrero, al paisaje que han dejado las lluvias y el sol del otoño se le suma la floración de los almendros en Pla de Corona en Santa Agnès, uno de los pueblos más conocidos de Sant Antoni. Estos árboles, cuando florecen, crean un manto blanco que brilla como la nieve, especialmente durante las noches de luna llena, y que numerosos turistas, amantes de la naturaleza y artistas inmortalizan cada año.
Observar a los flamencos más ibicencos
Ibiza alberga paisajes naturales con una fauna y flora que solo se encuentran en la isla. Debido a su agradable clima mediterráneo, Ibiza y Formentera son elegidas como el hogar de cientos de flamencos que viajan a las islas cada año. El Parque Natural de Ses Salines constituye una de las visitas imprescindibles que hay que realizar en invierno, sobre todo al atardecer, porque podrás observar como los flamencos descansan tranquilamente en los estanques salinos entre los contrastes del agua y el cielo.
Ver atardecer desde uno de los puntos más energéticos del planeta
En la costa suroeste, frente a Cala D'Hort, encontramos el islote de Es Vedrá, que antiguamente formaba parte de la isla de Ibiza hasta separarse progresivamente. Según las leyendas, Es Vedrá es uno de los puntos más energéticos del planeta y junto con el Peñón de Ifach, en Alicante, y el suroeste de Mallorca conforma ‘El Triángulo del silencio’. Un lugar fascinante para presenciar la puesta de sol cada tarde y enamorarse (más) de la isla.
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