​“Vale más tener momentos que cosas”

Es lo que tiene compartir coche. Cuando Patricia (española, 32) y Marcelo (argentino, 26) dijeron que llevaban cuatro años de nómadas por Chile, Argentina, Bolivia y Perú, mis orejas se agudizaron. Sorprende encontrarse de pronto con el brillo de los seres humanos, ése que los medios de comunicación se empeñan en borrar. Aquí tienes la inspiradora entrevista a una pareja más que peculiar. Libre, comprometida, consciente y, sobre todo, viva.

¿Cómo diste el salto a Sudamérica?

P.: Me crié entre España y Marruecos. Estudié técnico de veterinario y finanzas y viví en Caravaca de la Cruz (Murcia) muchos años. Recogía perros de la calle, los curaba y los preparaba para dar en adopción. Llegué a tener diecinueve y siento que, en realidad, los perros me adiestraron a mí. Viven totalmente en el presente.

Si no tenías dinero ¿por qué te dedicabas a recoger perros de la calle?

P.: Porque creo que una tiene que dejar una huella bonita en el mundo. Cualquier cosa que un humano haga va a contaminar. Un cigarro contamina más que una ballena azul en su vida entera y solo dura 4 minutos.

Después de tu época de Caravaca de la Cruz ¿qué hiciste?

P.: Volví a Cartagena para cuidar a mi padrino. Fue un hombre que vivió su vida al máximo. Cuando falleció, fue como una señal. Aquí me estaba yendo tan bien con la pintura que tuve miedo de no moverme jamás. Hice mi mochila y compré un billete a Chile. Tuve la inspiración de vivir del arte, recorrer el mundo y aprender tanto como pudiera.

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"Chile es un país que te demuestra
que vale más tener momentos que
cosas porque es sísmico y propicio
a todo tipo de catástrofes"

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¿Dónde comenzó tu andadura?

P.: En Valparaíso, cuna del grafiti. Después hice amigas y viajamos por el sur de Chile que está lleno de leyendas, glaciares, colibríes, animales, cataratas, ríos, lagunas, volcanes y ruinas. Chile es un país que te demuestra que vale más tener momentos que cosas porque es sísmico y propicio a todo tipo de catástrofes naturales.

¿Qué tienes tú?

P.: Tengo en mi cabeza una cantidad de imágenes bellísimas y en mi corazón personas maravillosas; no he perdido el tiempo viendo noticias de cosas que no puedo solucionar si solamente lo veo y lo critico. Ese tiempo, yo lo he intentado aprovechar aprendiendo.

Si te pones mala, ¿qué haces?

P.: Cuanto más vas al médico, más mala te pones. Si enfermas tienes que escucharte. A ver qué estás haciendo con tu cabeza. Todas las enfermedades vienen de ahí.

¿Qué piensas de la política?

No pierdo mi tiempo escuchando a un ladrón.

¿Cómo funciona el trabajo en una vida de nómadas?

P.: Es imposible llevar cuadros en la camioneta o haciendo autoestop. Así que trabajo por encargo. Cambiamos la música y la pintura por comida, cama o dinero

M.: Yo soy bajista, ella toca la armónica y canta. Actuamos en los mercados o en los bares. Solemos dar con buenas personas.

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"Me he ido a la selva, ¿no
tienes nada que preguntarme?"

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Las buenas personas a veces parecen escondidas.

P.: La tele hace muy bien su papel: meterte miedo y dejarte recluida en tu zona de confort. Hay mucha gente buena pero es desconfiada. Encontrar gente buena y confiada es raro, por eso cuando te aparecen te asustas un poco de tanta bondad.

¿Cómo os conocisteis?

P.: Conocí a Marcelo en Icalma, cruzando de Chile a Argentina para renovar mi visado. Nuestros grupos se juntaron y estuvimos de acampada en un lago varios días. No nos vimos durante tres meses hasta que celebramos mi cumpleaños y él vino por sorpresa. Mi amiga Eva lo organizó todo, es como mi hermana.

M.: Empezamos nuestra relación viajando en autoestop y acampando en los paisajes más bellos. Así terminamos por confirmar nuestro estilo de vida, y además, lo compartíamos.

¿Vais solucionando según se plantea?

M.: Siempre pasa algo que soluciona todo. No nos preocupamos. Confiamos en el camino. P.: He llegado a rechazar muchos trabajos porque no daba abasto a pintar para todos.

¿Vais a ciudades?

M.: Solemos esquivar las ciudades porque en ellas no se puede acampar ni hacer un fuego.

P.: Las ciudades son ruido, contaminación, gente con prisa, mal humor y tráfico. Nos gustan los pueblos porque son la verdadera esencia de la tradición.

¿Cuál es vuestro proyecto?

M.: Ahorrar y comprar una furgoneta. Recorrer toda Latino América y encontrar el sitio perfecto para empezar un hotel de bioconstrucción que se autoabastecerá de todo lo que necesite.

P.: Será refugio de abejas. Queremos hacerlo allí porque un proyecto así en Europa, con los miles de permisos e impuestos es inviable.

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"Si todo el mundo viviera de lo que
ama no habría incompetentes"

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Una absurdo, una hipocresía, ¿algo que no soportáis?

M.: Que la gente posponga su felicidad para nunca. Nosotros tenemos proyectos pero no nos olvidamos de disfrutar el camino.

P.: Me molesta mucho el mal uso de las redes sociales ¡Hay tantas personas que te hacen más caso si les contactas por WhatsApp que si les hablas en persona! Yo me asombro con eso. Me he ido a la selva, ¿¿no tienes nada que preguntarme?? También me molesta mucho el robo de recursos naturales. La gente exitosa es gente muy destructiva. Se vuelven despiadados con tal de explotar un pozo de petróleo.

¿Qué lugar ocupa el trabajo en vuestra felicidad?

P.: Yo siento que estoy dejando una huella positiva con mi pintura. Si todo el mundo viviera de lo que ama no habría incompetentes.

M.: Yo también con mi música. Levantarse cada mañana para ir a un lugar que no te gusta a hacer lo que no te gusta, debe ser horrible.

¿Qué haces para ser feliz en tu día a día?

M.: Vivir. ¡Somos tan afortunados! La mayoría somos inmensamente ricos porque podemos respirar, ver, caminar. Vivir el día, despertarme por la mañana al lado de Patricia, todo eso me hace feliz.

P.: Amar, viajar, aprender…y en cuanto al trabajo, hago lo que me encanta hacer y encima me pagan por ello.

En solitario, ¿podríais hacer lo mismo?

M.: Seguramente sí. Puedo hacerlo solo pero encima si encuentras una compañera que es igual o peor que vos (risas) ¡es el no va más!

P.: Si somos independientes y podemos hacer muchas cosas por nuestra cuenta, si nos unimos el resultado va a ser muy grande.

¿Echáis de menos a vuestra familia o amigos?

M.: Cuando estoy aquí, aprovecho que estoy con la gente de aquí. Y allí, lo mismo.

P.: Igual.

¿Lo más importante en la vida?

P.: Sentirte orgulloso de quién has sido y no arrepentirte de no hacer las cosas que deseaste.

M.: Vivirla.

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Lydia González Zapata es directora de www.periodistafreelance.net