Existen muchos tipos de abrazo, en su mayoría reconfortantes y agradables. Se habla incluso del poder terapéutico de los abrazos. Quizá por ello Setenil de las Bodegas disfruta de un carácter acogedor y cálido. Esta bella localidad andaluza lleva a gala el gran abrazo que sin descanso le ofrece una enorme roca que, en vez de manifestarse amenazadora, proporciona una permanente protección a algunas de las casas que se encuentran en este municipio de Andalucía.
La imagen es impactante y encantadora. Estamos en la provincia de Cádiz, en uno de los conocidos como Pueblos Blancos, llamados así por el color blanco que la cal proporciona a las fachadas de sus viviendas.
Los setenileños, alrededor de tres mil en la actualidad, son gente amable y consciente del asombro que provoca el abrigo rocoso en el visitante. En Setenil podemos encontrarnos casas bajo la roca, sobre la roca y en el interior de la roca, todas ellas ubicadas en dos conocidas calles: la de las Cuevas de la Sombra y la de las Cuevas del Sol.
Practicamos uno de los deportes que más nos entusiasman: pasear por la localidad para descubrir todos sus rincones y dedicar algunos minutos a una pausa para degustar un buen tapeo elaborado con el exquisito aceite de oliva de la zona.
Ahora nuestros pasos no llevan a la parte más elevada de la población. Allí se encuentran las construcciones de mayor interés histórico, como el castillo, edificación del siglo XII de la que se conserva la torre del homenaje y el aljibe. También la iglesia mayor, dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación y que inició su construcción en el siglo XV sobre la antigua mezquita de la villa.
Setenil de las Bodegas disfruta de un entorno natural envidiable y de gran riqueza ecológica en el que poder practicar deporte o sencillamente recrearse en plena naturaleza.
Revista Viajes y Lugares
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