En Formentera la historia se funde con el paisaje, donde cinco torres de defensa emergen altivas para otear el horizonte marino. Fueron construidas en el siglo XVIII para vigilar las incursiones de piratas berberiscos procedentes del norte africano que saqueaban las costas mediterráneas. Visitar cada una de ellas supone también un interesante motivo para disfrutar del litoral de la menor de las Pitiusas en un viaje cultural y emocional de tres siglos en el tiempo.