En primavera, desde mediados de marzo a principios de mayo, la geografía nipona se tiñe del rosa de sus flores de cerezos sakura. La floración comienza en las islas del sur y va subiendo hacia el norte. Desde el parque del castillo de Takato, donde las flores se mezclan con las vistas de los Alpes Japoneses, pasando por el centenario ‘Matabei zakura’ o el Monte Yoshino y sus 30.000 cerezos, Japón ofrece parajes donde admirar la belleza de este fenómeno natural.
Considerada el centro cultural de Japón, los monumentos del núcleo histórico de Kioto son Patrimonio de la Humanidad. Esta tranquila ciudad brilla en todo su esplendor en época primaveral, desplegando los encantos que le proporciona una rica naturaleza en plena ebullición.