El Cairo: frenética, cosmopolita y faraónica

A escasas semanas de la inauguración parcial del nuevo Gran Museo Egipcio, queremos acercarnos a El Cairo para disfrutar de un paseo por esta ciudad en compañía de los más de veinte millones de personas que la habitan. 

El nuevo Gran Museo Egipcio verá la luz, si se cumplen las previsiones, cerca de la primavera de este año y expondrá más de 130.000 piezas, un importantísimo patrimonio que venía encontrando dificultades para ser expuesto en el antiguo espacio museístico por falta de capacidad. Aunque el antiguo Museo Egipcio no desaparecerá con la creación del nuevo, éste último se convertirá en la exhibición arqueológica más grande del mundo. ¡Estamos deseando descubrir sus salas y las sorprendentes piezas que las llenarán! 

El Gran Museo Egipcio es un aliciente añadido a los muchos atractivos que ya presenta la capital de Egipto, una gran urbe ubicada en el delta del Nilo.

Nos preparamos para viajar a una de las ciudades más enigmáticas del planeta. Llamada por los árabes “la madre del mundo” y “la ciudad de los mil minaretes”. El Cairo, en árabe Al-Qahira, la Victoriosa, sabe combinar su glorioso y despampanante pasado faraónico con su presente islámico. 

La ciudad presenta dos núcleos bien diferenciados: El Cairo Antiguo, al norte, es un enclave amurallado compuesto por casas antiguas de piedra. Un lugar con calles llenas de bazares y del sonido constante de las oraciones que se entonan diariamente en sus numerosas mezquitas. Por su parte, El Cairo Nuevo es la zona de los negocios, grandes avenidas y los edificios modernos. 

Esta ciudad disfruta de un clima mediterráneo. Sus inviernos son suaves, pero sus veranos suelen ser muy cálidos, con elevadas temperaturas que propician un ambiente sofocante. Además, hemos de tener en cuenta que existe un gran contraste entre las temperaturas diurnas y las nocturnas.

Recorriendo las calles cairotas

El centro histórico de la ciudad cuenta con la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, detalle que nos deja claro que estamos en un lugar en el que vamos a encontrar numerosas maravillas, como la mezquita de Amr ibn al-As, una de las más antiguas de África, datada en el año 641. Y es que El Cairo es un gran museo al aire libre que nos muestra sus diferentes caras: la religiosa, la más cosmopolita, la que nos remonta a las glorias faraónicas… La tradición y la modernidad han hecho un pacto de convivencia, circunstancia que se aprecia en el día a día de esta ciudad en la que es habitual ver a hombres de negocios hablando por sus teléfonos móviles de última generación junto a vendedores ambulantes vestidos al más puro estilo de Alí Babá.

Nuestra primera parada es El Cairo islámico, en el mismo centro de la zona histórica de la ciudad. En este punto nos encontramos con la Ciudadela, la gran fortaleza y sus muros construidos por Saladino. También salen a nuestro paso los museos de armas, el pozo Bir Usef, la mezquita Sidy Sariah y la realizada en honor al rey egipcio Mehmet Alí, que conserva en su interior el reloj que el monarca Luis Felipe de Francia donó a cambio del obelisco que está situado actualmente en la Plaza de la Concordia de París. Se cuenta que el citado reloj nunca llegó a funcionar.

Para los amantes de las compras

Es momento de visitar Jan el-Jalili, el área comercial antigua, un inmenso mercado árabe formado por estrechos callejones con miles de pequeñas puestos de venta llenos de mercancías: zapatillas, pañuelos, sedas, especias… El ambiente es encantador. Es una zona llena de gente y con mesitas en las puertas de los cafés. Estamos en uno de los puntos de compras más importantes de la ciudad y representa la tradición que convirtió a El Cairo en un centro básico de comercio. 

Este genuino mercado se remonta al año 1.382, cuando el emir el-Jalili decidió crear una zona como lugar de reunión y descanso de los vendedores ambulantes. Una especie de parada en la que alojaban sus mercancías y se tomaban un respiro.

La Ciudad de los Muertos

Otro punto de obligada visita es la Ciudad de los Muertos, un nombre que quizás puede impresionar a muchos, pero un lugar que no podemos dejar de contemplar si queremos conocer todos los aspectos de El Cairo. La llamada Ciudad de los muertos es un barrio que alberga a muchos vivos y que fue creado sobre un antiguo cementerio del centro de la población, junto a la Ciudadela. Era una antigua necrópolis musulmana en la que actualmente residen miles de familias que sufren un nivel de pobreza más que considerable.

El barrio copto

Nuestro siguiente destino es el barrio copto, en El Cairo Antiguo. Esta zona está situada en la parte más antigua de la ciudad y está llena de pequeñas calles en las que se encuentran muchas iglesias que siguen el ritual copto.

Los coptos son una comunidad que se mantiene fiel al cristianismo pese a la ocupación de los árabes. Pertenecen a una de las ramas religiosas más antiguas que existen y descienden de los egipcios del tiempo de los faraones. Actualmente son una minoría en el país.

En el barrio copto nos encontramos con la Iglesia de Santa María, también conocida como Iglesia Colgante. Se trata del templo cristiano más antiguo de la ciudad y está construida sobre las ruinas de la fortaleza de Babilonia. Por su parte, la de San Sergio se construyó sobre una cueva o cripta de la que se cuenta que es donde se refugió la Sagrada Familia durante su huída de Egipto. También podemos visitar la Iglesia de Santa Bárbara y la de San Jorge.

Excursión a las pirámides

“El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides”. Este antiguo proverbio árabe refleja el misterio de la única de las siete maravillas del mundo antiguo que podemos contemplar hoy en día. El conjunto de las Pirámides de Giza se construyó 2.500 años a. C. Es un prodigio arquitectónico situado a escasos kilómetros de la capital. Existen tres pirámides principales: Keops, Kefrén y Micerinos.

La Gran Pirámide de Keops lidera la zona y acoge el sarcófago de este faraón. Se calcula que para su construcción se utilizaron cerca de dos millones y medio de grandes bloques de piedra, con un peso de más de dos toneladas cada uno, que fueron transportados desde las canteras de caliza de la localidad egipcia de Tura.

También la visión de la Esfinge, que aparece como centinela de la pirámide de Kefrén, es todo un espectáculo. Seguro que su característico rostro privado de nariz aparece en cientos de selfies todos los días.