El parque nacional de Krka es uno de los atractivos naturales más significativos de Croacia. Es conocido por su gran cantidad de cataratas y por la riqueza de su flora y de su fauna autóctonas. Está situado en el centro de la provincia de Dalmacia, a unos 10 kilómetros en coche de la localidad costera de Sibenik y a unos 80 de Split, la segunda ciudad del país en número de habitantes. Debe su denominación al río que lo baña y se extiende a lo largo de 109 kilómetros cuadrados. Adquirió la categoría de parque nacional en 1985.
Las cataratas
Las cataratas de Skradinski son, sin lugar a dudas, el mayor reclamo turístico del enclave. Se trata de una sucesión de 17 saltos de agua de diferente longitud que terminan en una piscina natural apta para el baño.
Las cascadas de Roski, varios kilómetros más arriba, son las segundas en importancia y desembocan en la zona amplia del río, por lo que su parte final sólo es accesible por vía fluvial.
Monumentos
En el corazón del parque, en la zona central del río, se encuentra la pequeña isla de Visovac, sobre la que se erige un pintoresco monasterio franciscano que data de 1445. El islote se puede visitar en barco. Además, en la parte incial del complejo natural podemos encontrar otro monasterio de origen ortodoxo, fundado en 1345 y reconstruido en el siglo XVIII.
Recorrido turístico
La entrada al parque se encuentra junto al pequeño pueblo de Lozovac y el precio de la visita oscila entre las 30 y las 180 kunas (entre 4 y 25 euros, aproximadamente), dependiendo de la época del año. Los accesos y las instalaciones se encuentran en buen estado y en las inmediaciones hay restaurantes, tiendas de souvenirs, un amplio aparcamiento y un autobús que lleva al viajero al inicio de la ruta, aunque también se puede acudir caminando unos 15 minutos.
Antes de llegar al punto de partida, es muy recomendable hacer una parada y deleitarse con la espectacular vista del parque con el río y los bosques de fondo.
El recorrido alrededor de las cataratas de Skradinski dura un par de horas y está habilitado para todo tipo de públicos. El viajero comienza viendo la parte superior con el río y los primeros y pequeños saltos de agua, para ir descendiendo hasta llegar a la cascada principal que termina en un embalse natural que da lugar a la parte final del río. Es ahí donde los visitantes aprovechan para darse un chapuzón.
En esa zona hay restaurantes, servicios públicos y un embarcadero al que llegan los botes procedentes de Skradin, un pueblo ribereño a unos 2 kilómetros río abajo desde el que también se puede visitar el paraje.
Riqueza vegetal y animal
En Krka se han identificado unas 860 especies de plantas y el parque tiene la segunda mayor concentración de lavanda por kilómetro cuadrado de Europa, por lo que es hábitat natural de numerosas abejas y avispas. La trucha marrón y el gobio son dos de los peces más frecuentes. Además, los científicos han determinado 222 clases de aves, entre las que destacan el águila pescadora, el águila de pico corto, el águila real, diferentes tipos de halcón, el águila-búho y el buitre leonado. Además, habitan 18 tipos de murciélagos y la nutria europea, una especie en peligro de extinción.
En las inmediaciones del enclave se encuentra la represa hidroeléctrica de Jaruga, la segunda más antigua del mundo y la primera que se construyó en Europa, inaugurada el 28 de agosto de 1895, sólo tres días después de la del Niágara.
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